Flor Weisse Novoa
Presidenta Consejo Gobierno Regional
Ya ha pasado más de una semana del Día Internacional de la Mujer, pero eso no puede ser una excusa para dejar de hacer reconocimientos merecidos, partiendo por todas las que viven y participan de nuestros sueños en la Región del Bío Bío, por construir juntas una sociedad que libere el inmenso potencial que atesoramos en nuestro espíritu; fecha que en la actualidad debemos conmemorar con esperanza y alegría por lo que hemos logrado y por el trabajo que aún nos queda por hacer a las más de 800 mil mujeres de nuestra región.
Cada año cuando se acerca el 8 de marzo, comienza a surgir un tema que, en mi opinión, debiera estar presente durante todos los días, ya que lo que busca esta conmemoración es reivindicar el rol femenino que se juega en los distintos ámbitos de la sociedad.
De esta forma se hacen esfuerzos, surgen campañas y se realizan actos masivos que pretenden visibilizar el aporte que como mujeres realizamos y evidenciar las brechas que aún persisten y que ha costado tanto disminuir.
Generalmente, se demuestran estas diferencias con cifras, como la de pobreza. De acuerdo a los últimos datos, el 54,3 % de los pobres en Chile son mujeres, dura realidad que por sí misma es importante, pero que además encierra el hecho que se trata de mujeres esforzadas y que día a día se esmeran por sacar adelante a sus familias.
Las mujeres en nuestra región, son el principal sustento de los hogares y representan el 50 % de la población, precisamente por esto es que las políticas públicas y los programas, deben tener en consideración el tremendo aporte que con su trabajo las mujeres realizamos al desarrollo de cada una de las 33 comunas donde viven.
De esta forma y en esta fecha, es importante renovar el compromiso y desafío que todos y todas debemos tener para continuar las acciones que sean necesarias y destacar la labor de cada una de las mujeres de nuestra región, para no tener que detenernos sólo el 8 de marzo.
Las mujeres de Chile, y en especial de nuestra región encarnamos los valores y la fuerza que mueve esta sociedad, representando en nuestros roles y obligaciones cotidianas la vida más sensible, tierna y profunda, donde tal y como ya lo mencionaba nuestra premio nobel de literatura, Gabriela Mistral: “Mujer, Dios te hizo delicada como una flor, y fuerte como un roble”.