Condorito cumpliría 70 años el 6 de agosto y cuesta creer que sus ejemplares ya no estarán colgados en los kioscos.
Luis Yáñez Morales
Periodista e impulsor de la iniciativa “Pepo es de Conce”
El anuncio de quiebra en Chile de la empresa editorial mexicana Televisa, en realidad, no sorprende, en medio de la crisis de los medios en papel que no supieron o no pudieron volcarse a internet bajo la modalidad de multiplataformas. Junto con el drama de la cesantía de 70 buenos profesionales, revistas como Caras, Cosmopolitan y National Geographic, entre otras, dejarán de ser impresas en el país bajo la marca Televisa.
Pero, sin duda, la pérdida mayor en términos patrimoniales es el fin de las revistas Condorito y Coné. El próximo 6 de agosto el pajarraco cumpliría 70 años de vida y cuesta creer que sus ejemplares ya no estarán colgados en los kioscos del país, con sus alegres y coloridas portadas con olor a Chile.
No sé si los ejecutivos de la editorial dimensionan lo sucedido, más allá de los gráficos y números en rojo. Condorito es más que un personaje o una marca, está en el inconsciente colectivo de muchas generaciones de chilenos y lo sienten como propio, parte del ser nacional.
La gente irá a trabajar mañana, de todas maneras, o continuará disfrutando de sus vacaciones, pero este triste final será tema de conversación obligado durante varios días en las mesas familiares.
Ante la globalización de contenidos a la cual estamos expuestos, donde lo extranjero invisibiliza lo nacional, la revista Condorito es, perdón… era un tibio y pequeño remanso de ese Chile profundo, auténtico, nuestro, que lamentablemente cuesta dimensionar o entender cuando estamos sumergidos en Netflix o en la Nintendo Switch.
Con todas sus virtudes y sus defectos, derivados de la ausencia de su genio creador, el penquista René Ríos Böettiger, Pepo, la revista mantenía vivo el espíritu del pajarraco en las nuevas generaciones de chilenos.
Lo que queda es esperar que, así como otros comics extranjeros, el pajarraco reine en internet con historias actuales y frescas, ya sea en series en video o películas. Una marca tan poderosa no puede morir.
En lo personal, como fanático de Condorito y de Pepo, sólo digo con nostalgia: “Adiós pajarraco, Chile nunca te olvidará”.