Opinión

Cajas y más cajas: feliz Día del Escritor

Por: Diario Concepción 29 de Diciembre 2018
Fotografía: Diario Concepción

Hoy se celebra el Día del Escritor y muchos no saben lo difícil que es publicar. Cada libro penquista que usted ve en la vitrina es un milagro, significa harta pega, valentía y miedos. Sí, miedo a que nadie pesque lo que hiciste con tanto cariño y durante tantas horas.

Muchos apostamos a Fondart que nunca ganamos o ponemos plata de nuestro bolsillo porque estar en una editorial no es tan lindo como suena. Para que usted sepa, por cada libro vendido a 10 lucas, la editorial le pasa al escritor como 1.500 pesos. Nada. Por eso, muchos se juegan su opción solos, sin saber si recuperarán sus lucas, sin soñar ni de cerca con ser millonarios. No, amigo. Los escritores -salvo algunos- sueñan con cosas más simples: sueñan con crear y compartir lo que crearon ojalá con mucha gente. Sacarles alguna emoción.

Y el escritor que va por las suyas, anda con su bolsito con libros para todos lados. Te llama alguien de Hualpén y partes para allá, después una micro a Chiguayante y corres otra vez. Sólo por UN libro. Te pegas plantones de gente que dice todo el tiempo que va a comprarte un libro, pero al final te chutea mil veces. Te invitan a una charla donde crees que vas a vender al menos 10 ejemplares, pero la sala está casi vacía. Te salvas porque el profe compró uno. A veces te sientes súper humillado, dudas de si tanto esfuerzo vale la pena.

Cuando yo publiqué mi libro, saqué 700 copias, lo cual es una locura. Pero si algo no me van a quitar los años son los sueños y la locura. La Paulita había nacido recién y teníamos su pieza llena de cajas de libros. No cabía ni la cuna. Me acordé de Will Smith cuando compra esos aparatos gigantes para hacer negocio y no puede vender ninguno y se queda en la calle. Miraba la pieza y no hallaba la hora de que se desocupara. Pensé que eso nunca pasaría.

Hoy, en la repisa sólo queda una caja entera y otra casi vacía. Y sólo puedo darle las gracias a ustedes. A los que creyeron, a los que se motivaron, a los que recomendaron. A los que comentaron qué cuento les gustó más. A mis papás que le vendieron libros hasta al que reparte cartas. El Día del Escritor no es sólo del que escribe, es en gran parte de los que leen. Sólo así, cada nuevo pequeño milagro puede ver la luz.

Un abrazo a todos los que se atreven a escribir.

Un abrazo a todos los que se atreven a leer.

Todo valió la pena.

Paulo Inostroza Paredes
Periodista, escritor de “No puede pegar siempre en el palo”

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