
Los sitios eriazos en diversos puntos del Gran Concepción son foco de preocupación de quienes viven aledaños a ellos. Esto por los problemas de seguridad que surgen debido al abandono, en algunos casos, a que son tomados para otros fines o que no cuentan con luz suficiente de noche.
Un ejemplo de lo anterior es lo que ocurre en pleno centro de Concepción, en la intersección de las calles Paicaví, Freire y Maipú, con un sitio abandonado que ha sido el centro de preocupaciones para a comunidad, el cual, incluso, se ha convertido en un estacionamiento improvisado, pese a que se han realizado denuncias públicas.
De acuerdo con los registros de la Dirección de Obras de la municipalidad penquista, hoy existen 303 sitios no edificados en la ciudad. De esos, un 12% (38 sitios) tienen permiso de edificación vigente, mientras que el 5,94% (18 sitios) han sido fiscalizados por denuncias recibidas por el municipio. Sin embargo, no todos los terrenos están bajo el mismo nivel de control.
Cristian Olivares Osses, director de Obras de la municipalidad de Concepción, explica que existe una planificación anual para la fiscalización de estos espacios vacíos. “Cuando hay sitios donde se generan incivilidades, coordinamos acciones con otras direcciones municipales, como Jurídica, Seguridad Pública, Aseo y Ornato”, indicó Olivares.
Según el mismo municipio, en el caso del terreno ubicado en la esquina de Paicaví con Freire, han realizado acciones. El director informó que, tras diversas notificaciones, lograron contactar al propietario del sitio, quien aceptó la solicitud de cerrarlo y limpiarlo. No obstante, el dueño pidió un plazo para realizar dichas acciones.
Es impresentable, y lo hemos comunicado a la junta de vecinos”, contó a Diario Concepción, un vecino al terreno ubicado en Paicaví.
En ese sentido, resulta clave que los propietarios asuman su responsabilidad en el problema. Ellos deben procurar no generarle problema a las familias que viven alrededor. Cabe preguntarse si estos, puestos en el lugar de la comunidad afectada, reaccionarían igual frente a la inacción que asumen.
La palabra empatía y conciencia de vida en comunidad debe ponerse por delante. Hay que cumplir con las normas de convivencia, es una obligación mínima para que en conjunto estemos en armonía.