Una actividad cuya cadena productiva es de largo alcance. Todo esto sin descuidar algo central: el estado de los bosques en tiempos en que el cuidado del paisaje es gravitante en la sociedad.
Si bien el estado de los bosques ya sea nativos o forestales ha sido una preocupación inmediata durante y después de los incendios registrados en febrero, hay un espacio de este problema que no ha sido abarcado totalmente. Se trata de una de las actividades comerciales en torno a la materia prima de la industria forestal y maderera y cuyas consecuencias, hasta ahora, no han sido totalmente abordadas.
Se trata de la situación de los pequeños y medianos propietarios de bosques afectados por incendios en Biobío.
Según el reciente catastro del Instituto Forestal (Infor) son 1.172 propietarios de estas características quienes están afectados por la destrucción generada por los siniestros. De acuerdo al mismo documento, todo esto se traduce en 21 mil 958 hectáreas dañadas.
Teniendo presente el nivel de afectación de los bosques, es que el Infor está trabajando en un estudio para medir el abastecimiento de madera a nivel nacional. Un análisis cuyos resultados estarán disponibles a partir del próximo mes, confirmaron desde la entidad dependiente del Ministerio de Agricultura.
Una labor que ahora busca un recálculo, a propósito de que los incendios forestales se registraron justo cuando el análisis ya estaba en curso.Juan José Ugarte, presidente nacional de la Corporación de la Madera (Corma) adelantó que “junto al Instituto Forestal estábamos realizando un estudio exhaustivo sobre el abastecimiento a largo plazo de madera, pero con las 240 mil hectáreas quemadas, a nivel nacional, cambiarán de manera radical los números y deberán realizarse nuevas proyecciones de futuro”.
En este sentido, el presidente de Corma explicó que las 240 mil hectáreas de bosque de plantaciones quemadas, representa el 11% del patrimonio forestal productivo del país, “destruido en sólo 3 semanas, donde son más de 5 mil los pequeños propietarios de bosque que han visto reducido su patrimonio familiar a cenizas”.
Este nuevo estudio es importante para tener una idea concreta del escenario en que se encuentra el medioambiente y la industria detrás de estos espacios.
Es que la evidencia muestra que son varios los particulares afectados, en una actividad cuya cadena productiva es de largo alcance. Todo esto sin descuidar algo central: el estado de los bosques en tiempos en que el cuidado del paisaje es gravitante en la sociedad.