Qué tanto puede importar el bienestar total del territorio al que se representa por sobre la tradicional minuta de acción que elaboran las tiendas políticas desde la capital.
El cierre de esta semana hábil quedó marcado por las informaciones políticas-económicas, siendo la Reforma Tributaria una de las más importantes, además del cambio de Gabinete.
Es que la determinación de no legislar sobre la iniciativa impulsada por el Gobierno ha sido considerada como uno de los grandes golpes en contra que ha recibido el Ejecutivo en casi un año de mandato.
Desde La Moneda y los partidos del oficialismo el mensaje ha sido uno y reiterado: lo votado por la Cámara de Diputados y Diputadas es ,al final del día, un daño al país, donde ideas como la mejorar la Pensión Universal Garantizada (PGU) ya no tienen margen para aquello.
Sin embargo hay que recordar que esta reforma, en su idea inicial, trae consigo otras iniciativas asociadas. En este sentido la Ley de Rentas Regionales aparece como la más relevante en su, hasta ahora, espíritu regionalista.
En esta línea es que desde el Ministerio de Hacienda aseguran que la Ley de Rentas Regionales no sufrirá impactos negativos tras lo acontecido en el Congreso con la Reforma Tributaria.
El mismo seremi del ramo en el Biobío, Sebastián Rivera, dijo que “a fines de marzo se debería presentar el documento para la discusión. Por ahora no hay cambios anunciados con respecto a eso”.
“La segunda parte de la reforma viene con lo que es Rentas Regionales y Royalty Minero. La iniciativa de rentas regionales se tendría que discutir el primer semestre de este año y esperamos que se pueda presentar hacia el cierre de marzo. (…) El rechazo de la reforma no significa que se cae la discusión del proyecto de rentas regionales”, sostuvo el seremi de Hacienda.
Ante eso se genera una idea inmediata: cuánto pesará el mandato centralista de los respectivos partidos por sobre el sentir regionalista y de compromiso con el territorio, en el caso de los parlamentarios de regiones, y sobre todo del Biobío.
O bien de forma inversa, qué tanto puede importar el bienestar total del territorio al que se representa por sobre la tradicional minuta de acción que elaboran las tiendas políticas desde la capital.
Es tiempo que las regiones reciban poder. Acá hay una oportunidad para eso.