Lo ideal es que este tipo de “ojo hablante”, con un aire lejano al Gran Hermano de George Orwell, no debiera existir. Sin embargo, el centro de la ciudad penquista amerita seguridad.
Desde esta semana que en el centro de Concepción comenzaron a operar un grupo de 20 cámaras, que cuentan con altavoces, para disuadir a quienes intenten robar a los transeúntes que circulan por el centro de Concepción.
Lo que se intenta con la medida es que a través de un mensaje de voz se alerte a las personas de que están siendo objeto de un ilícito. Así lo afirmó el coordinador regional de la Subsecretaría de Prevención del Delito, Mauricio Torres.
“Lo que estamos inaugurando son bocinas que van a permitir enviar mensajes disuasivos de prevención para los vecinos que visitan el campo histórico de Concepción”, comentó. Los altavoces funcionarán en conjunto con el actual sistema de televigilancia de Concepción que actualmente cuenta con 77 cámaras operativas en distintos puntos del cono urbano. El alcalde Álvaro Ortiz sostuvo que “esta es una medida más de seguridad que está entregando el municipio a la comunidad.
No es una solución mágica. Estos altavoces tienen una función disuasiva, preventiva”. De acuerdo a lo informado, los altavoces se ubicarán en distintos puntos de las calles Barros Arana, Castellón, Aníbal Pinto, Rengo, Freire, Caupolicán, Los Carrera, Maipú, Rengo, Víctor Lamas, Lincoyán, Tucapel, O’Higgins, San Martín, Prat, Edmundo Larenas, Chacabuco, Colo Colo y las plazas España y Perú.
La presidenta de la Cámara de Comercio de Concepción, Sara Cepeda, valoró la medida debido, dijo, a la grave situación que se vive dentro de las galerías como también en las calles más concurridas del centro urbano. “Estamos contentos porque es una medida que nos va a ayudar a prevenir el delito que se está llevando acá en el centro.
Nosotros tenemos como meta este año poder recuperar los espacios públicos (…)”, sostuvo a Diario Concepción la dirigenta. Ahora, lo ideal es que este tipo de “ojo hablante”, con un aire lejano al Gran Hermano de George Orwell, no debiera existir.
Sin embargo, el centro de la ciudad penquista amerita seguridad. Esto es solo una prueba que, si funciona, permitirá el tránsito seguro de personas, que hoy, al parecer, se les niega entre el comercio ilegal y quienes delinquen. El centro de la capital regional es de todos sus habitantes y si el ojo del Gran Hermano ayuda a ese objetivo, bienvenido sea.