Editorial

Emociones y aprendizajes a 13 años del 27/F

Por: Editorial Diario Concepción 27 de Febrero 2023
Fotografía: Copas Coastal UdeC

Son 13 años. Son cientos de minutos, de horas, las que ahora generan una distancia de tiempo entre aquella trágica madrugada y este día. Una fecha que quedó marcada para siempre en la historia de Chile, y con mayor razón en la de la Región del Biobío por todo lo que pasó aquella noche y en las semanas posteriores.

El terremoto y tsunami que azotó la costa local provocó un cambio en la forma de ver y enfrentar las cosas. Desde lo cotidiano y casero, hasta la institucionalidad en un país que lloró mucho y que tuvo que aprender a enfrentar un escenario adverso. Un territorio que vio cómo en un par de horas todo eso que se mantenía en pie, como imagen del desarrollo hacia el exterior, terminó en el suelo y hecho escombros.

Pese a la distancia temporal en la percepción de muchos parece que el megaevento no fue hace mucho. Es que son muchos los elementos que mantienen viva la idea de estar reviviendo lo acontecido a partir de las 3:34 horas.

“Como todos conocemos el sector y todos sabían que si se recogía el mar venía un tsunami, gracias a esa sabiduría de los pescadores se pudo salvar muchas vidas. Pero hubo mucho daño económico”, recordó recientemente en conversación con Diario Concepción, María González, dirigenta vecinal de Coliumo (en Tomé) de esa época.

A las 3:34 de la mañana fue terrible. En Coliumo hubo muchos afectados, el mar se llevó casas completas”, detalló María González.

“Había días que no comíamos, porque los dirigentes trabajábamos de allá para acá. En un canal de televisión yo pedí desesperadamente ayuda, porque Coliumo prácticamente no se conocía, y así la hicimos notar. Venía una embarcación a Dichato, pero cuando vieron mi entrevista se devolvieron para acá y empezamos a recibir ayuda”, agregó esta dirigenta. Un testimonio vigente y que en primera persona es capaz de dimensionar el impacto de la fuerza de la naturaleza, en términos físicos pero también emocionales.

Esas emociones se transformaron en una tarea para todos: el hecho de aprender a convivir con ellas, aceptarlas y sacar un aprendizaje de aquellas.

Trece años después, y bajo esta ruta, estamos más maduros, pero siempre atentos a los cambios. Esos que se necesitan, pero que también nos impone el poder del planeta y la accidentada geografía nacional.

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