Este complejo panorama se suma a la violencia rural que se viven en la Provincia y a los problemas de desarrollo económico que viene presentando la zona.
Un complicado momento viven pescadores de las caletas Punta Lavapie, Llico y Tubul en la provincia de Arauco, debido al reciente periodo de prohibición de extracción de moluscos -entre el 19 y el 21 de octubre-, luego de que se encontrarán muestras fuera de la norma permitida para el consumo humano y que determinó la decisión de la autoridad sanitaria. Nuevamente, como ocurre cuando la situación se pone compleja a nivel de comunidades, aparecieron las ollas comunes, en medio de las labores detenidas de buzos y pescadores.
Esto, dice el mundo artesanal de la zona, porque la noticia sobre la contaminación generó una alerta regional y nacional, lo que, finalmente, afectó a todo el comercio marino de la zona. Pescadores, buzos y cocinerías alegan afectación.Como ya sabemos, este complejo panorama se suma a la violencia rural que se viven en la Provincia y a los problemas de desarrollo económico que viene presentando la zona.
“Apuntamos a que vuelva la confianza hacia este mercado, para poder vender nuestros productos y que no exista temor alguno de consumir nuestros mariscos (…) Esto ha generado un daño en nuestras labores. Hay mucha gente afectada porque vive con lo que pesca día a día. Algunas familias han subsistido con ollas comunes hemos estado realizando durante algunos días”, comentó a Diario Concepción, Fabio Breve, dirigente de la Coordinadora de Buzos y Mariscadores de la Caleta Tubul. “El llamado a las personas es a que vengan y que consuman el marisco sin temor, eso nos ayudaría. Ahora podemos ir a sacar mariscos, porque la alerta ya se levantó, pero no tenemos mercado donde venderlo por el temor que existe”, sostuvo a DC, Rómulo Huenchunao, presidente del Sindicato de Buzos y Armadores de la Caleta Tubul. Por su parte, el seremi de Economía, Javier Sepúlveda explicó que en la cartera ya están trabajando en la reactivación del comercio y turismo de las caletas y llamó a la ciudadanía a adquirir los productos.
Sin embargo, la idea es que más allá de una declaración bien intencionada, esto se traduzca en un apoyo concreto para revertir la mala publicidad que se generó hacia la costa de la zona sur del Biobío y, con ello, se reafirme la confianza en que los productos marinos de esa zona solo sean reconocidos por su exquisito sabor. Al parecer, hay tarea por delante.