Editorial

Publicidad en vez de debate

Se supone que la Franja debe contribuir a quienes tienen legítimas dudas sobre la decisión que debe tomar en la soledad de la urna, pero terminamos hablando de polémicas generadas por mentiras e información poco rigurosa.

Por: Editorial Diario Concepción 16 de Agosto 2022
Fotografía: Cedida

El pasado 5 de agosto partió la Franja Electoral, una instancia esperada en distintos periodos de campaña. Y, conforme al proceso histórico en el que nos encontramos y que tendrá su punto cúlmine el 4 de septiembre próximo, este caso no fue la excepción, generando análisis de expertos constitucionalistas y despertando opiniones de quienes fueron parte de la Convención Constitucional acusando fake news o la entrega de información imprecisa.

No obstante, quizás el hecho que ha generado más polémica, hasta ahora, y como tal, una serie de manifestaciones de los denominados líderes de opinión, ha sido una imagen de la campaña del Rechazo con algunos representantes de la centro izquierda caminando por el puente Racamalac, en Santiago, haciendo alusión directa a una emblemática toma de la Franja del No para el Plebiscito de 1988.

La imagen, donde se ve entre otros a la senadora de la DC, Ximena Rincón; el ex congresista del Biobío, Felipe Harboe; y la ex militante del PC y el RD, Javiera Parada, generó molestia, en especial, a quienes fueron parte de la icónica campaña.

“Como personas que participamos en la creación de la Franja del No de 1988, nos violenta su uso a favor del Rechazo. Ante el próximo plebiscito, cada cual es libre de elegir una opción y de persuadir a su favor: son parte de los derechos que conquistamos con el triunfo de la democracia. Pero igualar lo que está en juego este 4 de septiembre con la gesta del No, es francamente una grosería”, expresaron a través de una carta pública Eugenio y Eduardo Tironi, Ignacio Agüero, Jaime de Aguirre, Juan Forch, Eugenio García, y Juan Gabriel Valdés.

Algunos de los protagonistas del renovado video, se defendieron. “Parte del problema de este país es que hay gente que se siente dueña de la historia”, dijo, por ejemplo, Felipe Harboe.

¿De qué estamos hablando entonces? De un espacio de televisión que, se supone, debe ser una contribución a quienes tienen legítimas dudas sobre una decisión que debe tomar en la soledad de la urna, pero terminamos hablando de polémicas generadas por mentiras, información poco rigurosa y la falta de respeto con nuestra propia historia. ¿No será tiempo ya de repensar en el aporte de este espacio, que más que entregar un apoyo a la ciudadanía, solo apunta a vender un producto sin medir consecuencias?

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