El problema anunciado por el gremio de camioneros es una parte de un complejo sistema logístico que la Región del Biobío debe perfeccionar en forma constante.
En Biobío faltan al menos 10 mil choferes para el transporte de carga por carreteras, según estimó la Asociación de Dueños de Camiones. La escasez de conductores fue confirmada también por la Federación de Camioneros del Sur, organismo que expresó su preocupación por este escenario.
Ambas instituciones atribuyen el déficit a tres causas principales: Problemas de seguridad relacionados con la violencia rural en la Macrozona Sur, complejas condiciones de acceso a terminales de carga y descarga, y deficiencias en la formación de nuevos conductores. Lejos de ser un problema sectorial o de un gremio en específico, se trata de una materia que impacta a la Región en forma transversal debido a la cantidad de puertos, actividades productivas que se desarrollan y la generación de productos para exportación.
Por fortuna, las exportaciones regionales aumentaron 19,6% en doce meses (en dólares), una cifra que podría llevar a la conclusión de que la falta de conductores no impacta al transporte de carga. Sin embargo, el aumento anual se relaciona con una baja base de comparación, puesto que la pandemia afectó al comercio exterior. La proyección de los gremios es que el impacto se registrará en los próximos meses.
De hecho, el alza de las tasas de interés anunciado por el banco central de Estados Unidos traerá coletazos en la balanza comercial. Dólar más alto se traduce en mayores ganancias para los envíos regionales, principalmente en os sectores Industria y Silvoagropecuario. Pero también significará un mayor costo por las importaciones.
Es decir, el problema anunciado por el gremio de camioneros es una parte de un complejo sistema logístico que la Región del Biobío debe perfeccionar en forma constante. Y para ello es clave un sistema integrado de transporte que permita la movilización de cargas y personas de modo eficiente y seguro. Conviene recordar el eterno debate sobre el Carriel Sur como un aeropuerto con estándar internacional para salida expedita de productos marinos, frutas y flores, semillas y otros vinculados a la agroindustria regional.
Con una reconocida vocación exportadora, la Región requiere de políticas a largo plazo de Biobío, que sobrepasen los límites de los negocios por exportaciones e importaciones. El déficit en un área – como la falta de choferes para el transporte de carga – no debería ser un riesgo a la actividad económica y al desarrollo del territorio.