Un estudio de 2021 detectó cerca de ocho mil cuentas de twitter dedicadas a atacar a la Convención Constitucional. Se busca desprestigiar y minar la legitimidad de la CC.
No debería ser así, pero la realidad no siempre va de la mano con las expectativas. Cada día el país se entera de una noticia falsa relacionada con la Convención Constitucional (CC). No hay que ser adepto de alguna clase de teoría conspirativa para constatar que se ha denostado el trabajo de la Convención, como también de los constituyentes y, en numerosas veces, de manera personal.
Desde el inicio de la CC fue así, y a menudo los ataques estaban centrados en una persona. La expresidenta del organismo, Elisa Loncón, fue duramente criticada en medios tradicionales y a través de redes sociales con prejuicios racistas y ofensas por sus rasgos culturales. Cuando la CC sesionó en la Región del Biobío, fue noticia nacional el “carrete constituyente”, evento que jamás ocurrió pero que actuó como detonante para el incremento de la violencia verbal y escrita contra la Convención Constitucional. Nadie se hizo cargo de los ataques y nadie pidió disculpas por las falsas acusaciones en el noticiero prime.
Algunos constituyentes han colaborado para la proliferación de las críticas a la Convención a través de la difusión de noticias falsas – por no decir mentiras – por las redes sociales. Uno de ellos grabó un video subido a sus redes en que asegura que la CC pretende establecer que la carrera de todos los jueces en Chile sea de un máximo de 14 años. El artículo en que se señala un máximo de 14 años para los jueces va dirigido a quienes asuman como ministros de la Corte Suprema. Otro convencional ha difundido videos afirmando que la CC quiere expropiar los ahorros de los cotizantes en las AFP. Hasta el Presidente de la República, Gabriel Boric, tuvo que salir a decir que no es cierto y que “no habrá expropiación”.
Que no se interprete mal: no se trata de blindar a la Convención Constitucional a las críticas ni de defenderla per se. Se trata, eso sí, de no dar cabida a mentiras, injurias, engaños. De no aprobar acciones que no han tenido la intención de informar a la ciudadanía, sino que con el claro objetivo de confundirla, desinformarla y con ello desprestigiar y minar la legitimidad de la CC. En los días que corren es imprescindible vacunarse contra campañas de desinformación que suelen viralizarse y que tienen poca o ninguna vinculación con la realidad. De eso se trata.