Es un hecho que el presente año será de importantes cambios en el acontecer nacional y regional. Como se sabe, el próximo 11 de marzo asumirá el Presidente electo, Gabriel Boric, el Manadatario más joven de nuestra vida republicana. Pero, además, desde el retorno a la democracia en 1990, por primera vez un nuevo conglomerado de partidos políticos tendrá a su cargo la responsabilidad de la administración del Estado. Todo lo anterior, en medio de un proceso de cambio constitucional en curso y que esta semana tuvo avances significativos en el pleno de la Convención Constitucional.
En medio de esta vorágine de cambios la contingencia no para y nos hemos visto enfrentados a una serie de hechos que, en ocasiones, pasan inadvertidos. Muchas veces por nuestra lejanía con esos sucesos, como territorio o Región, en otras porque hay “temas país” que no vale la pena ni siquiera comentar, como el lugar en donde una futura ministra compra ropa para ella y su hija.
Pero hay hechos diferentes.
Por ejemplo, las declaraciones del ex comandante en Jefe del Ejército, Óscar Izurieta, quien reconoció que entre los años 2006 y 2010 “parte de los gastos reservados iban al general (Augusto) Pinochet y su familia”. Lo anterior, en el marco de la investigación por fraude al interior del Ejército y por la cual Izurieta está siendo investigado por malversación de caudales públicos y falsedad de documento militar por el uso indebido de gastos reservados de la institución.
Esta semana también se visibilizó un grupo denominado “Amarillos por Chile”. Se trata de un conjunto de personeros políticos que adhirió a una carta del escritor, Cristian Warnken, que alude al color que muchas veces es utilizado despectivamente en contra de quienes se les acusa de no tener posiciones definidas. En el grupo están ex militantes de la DC, ex ministros de los gobiernos de la Concertación y parlamentarios que dejarán sus funciones en marzo. Todos ellos, dicen, apuntan a una Constitución que incluya a todos y no a una carta que nos lleve a “un callejón sin salida”.
Mientras, Biobío y el resto de las regiones esperan atentas el nombramiento de sus futuras autoridades. Por cierto, todo ello mientras las cifras de contagio por Covid-19 siguen subiendo. Mucho tema, harto debate… pero lo importante es no perder la altura de miras.