Más allá de normativas y legislaciones, es fundamental que la ciudadanía se preocupe de la conservación de su entorno y adquiera hábitos que ayuden a cumplir con esa misión.
El pasado 2 de octubre se conmemoró nuevamente del Día Nacional del Medio Ambiente. Una fecha que se instauró en 2014, con la promulgación de la ley 20.793, y que tiene como principal objetivo crear conciencia sobre la importancia del resguardo del medio ambiente y proponer ideas de cómo contribuir al desarrollo sustentable del país.
Chile, a lo largo de todo su territorio, cuenta con características geográficas que le permiten tener una rica biodiversidad y distintos tipos de clima que favorecen el surgimiento de especies únicas que se desarrollan en diversos ecosistemas. Sin embargo, como también ocurre en otros países, el medio ambiente nacional se ve afectado por el calentamiento global, un fenómeno evidente y distinguible de la variabilidad natural que tiene el clima, en el cual el aporte del hombre es fundamental y que trae consigo distintos cambios en la atmósfera terrestre, afectando a los sistemas en la biosfera terrestre.
En ese sentido, el país se considera altamente vulnerable al fenómeno de cambio climático, ya que cuenta con áreas de borde costero de baja altura, áreas áridas, semiáridas y de bosques, susceptibilidad a desastres naturales, áreas propensas a sequía y desertificación, zonas urbanas con problemas de contaminación atmosférica y ecosistemas montañosos como las cordilleras de la Costa y de los Andes. A ello se suma la fuerte dependencia que tienen las principales actividades socioeconómicas del país al clima, principalmente de la disponibilidad hídrica.
El doctor Ricardo Barra, en una columna recientemente publicada en nuestro medio respecto a esta conmemoración, señalaba que actualmente más del 95% de las cuencas hidrográficas en Chile adolecen de una norma de protección ambiental, básicamente porque no hay la suficiente y adecuada información para protegerlas. Todo esto, en un escenario hídrico que es -a lo menos- complejo por la falta de precipitaciones y escasez hídrica. Además, destacaba la Ley de Protección de Humedales Urbanos, que ya está comenzando a ser implementada y debería significar un aumento en el interés de las comunidades por proteger sus ecosistemas.
En ese sentido, más allá de normativas y legislaciones, es fundamental que la ciudadanía se preocupe y se involucre en la conservación de su entorno, a través de hábitos que ayuden a cumplir esa tarea.