La responsabilidad de un medio es evitar la cobertura sensacionalista, que describe métodos utilizados, como también debe eludir la repetición de mitos populares y la entrega de informaciones que pudieran entregar modelos a imitar.
El viernes, 10 de septiembre, fue el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una iniciativa internacional que busca formar conciencia respecto a un fenómeno presente en todas las sociedades. La finalidad de este día es fomentar compromisos y medidas prácticas para prevenir el suicidio. En Chile, los datos oficiales indican que más de 1.800 personas mueren cada año por esta causa. Es uno de los países con la mayor tasa de muertes en Latinoamérica por esta causa y el segundo entre los países de la Ocde. Pero lo más importante: no se tratan de cifras ni estadísticas, sino de personas con nombres y apellidos, con familias, historias y proyectos de vida.
Este medio publicó el viernes un amplio reportaje sobre el fenómeno. Con el objetivo de ser un aporte, con recomendaciones de los especialistas para abordar una problemática compleja y que suele estar envuelta en situaciones múltiples e intrincadas. Se estima que por cada suicidio, hay más de 20 personas lo intentan. Al menos 220 mil chilenos y chilenas sobre los 18 años han planificado su suicidio y más de 100 mil reconocieron que intentaron quitarse la vida, reveló la última Encuesta Nacional de Salud (2016-2017).
Para un medio de comunicación, se trata de una materia igualmente compleja de abordar. La entrega de información sobre suicidios genera peligros — los suicidios por imitación —abundantemente documentados. Los medios pueden desempeñar un papel significativo en fortalecer o debilitar los esfuerzos orientados a la prevención. Pueden entregar información educativa útil o desinformar y entregar incentivos destructivos a personas en situaciones de vulnerabilidad.
La responsabilidad de un medio es evitar la cobertura sensacionalista, que describe métodos utilizados, como también debe eludir la repetición de mitos populares y la entrega de informaciones sobre suicidios que pudieran actuar como modelos de identificación. Con seriedad en abordar un fenómeno difícil, se evita el llamado “efecto Werther” —el incremento de suicidios generado por el noticiero sobre el tema— y el medio pasa a jugar un rol activo en la prevención. El suicidio es un flagelo que se puede evitar si el entorno social detecta señales de riesgo, acoge y entrega ayuda. Es decir, se requiere un compromiso social. Estos son los marcos de actuación en que Diario Concepción centra sus esfuerzos.