Las políticas institucionales de I+D, la generación de conocimiento y la creación de oficinas dedicadas a la protección de los resultados van en aumento.
Desde la llegada del coronavirus a Chile, en marzo de 2020, se incrementaron en forma notable los ejemplos de colaboración entre universidades, centros de investigación, organizaciones estatales y privadas. Las comunidades académicas fueron motivadas a transferir conocimiento y soluciones concretas a problemas específicos con rapidez y eficiencia. Diversas iniciativas de universidades en Biobío se convirtieron en productos y servicios que beneficiaron a toda la sociedad. Para llegar a estos productos y servicios fue necesaria la generación de conocimiento, pero también la articulación de diversos actores y finalmente la transferencia de las soluciones.
Lo anterior guarda relación con el rol público de las universidades, sus procesos de innovación y de transferencia de conocimiento. Un rol que ha crecido significativamente en las últimas dos décadas y que coloca a Chile en posición destacada en el ecosistema de innovación del continente americano. En un reciente análisis del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), se reveló el mayor interés de las instituciones académicas por patentar el nuevo conocimiento que generan: en 20 años, las universidades (Ues) han presentado 1.493 solicitudes de protección. Cinco Ues responden por el 73% del total de solicitudes de patentes generadas por nacionales. La Pontificia Universidad Católica de Chile solicitó 350 patentes y le sigue la Universidad de Concepción, con 322. En tercer lugar figura la Universidad de Santiago de Chile, con 214, y luego la Universidad Técnica Federico Santa María, con 162 tramitaciones. La Universidad de Chile sumó 152 ingresos al Inapi.
La protección, por algún mecanismo de propiedad intelectual, es parte de la transferencia tecnológica y resulta de gran importancia para las instituciones académicas, como también para todo el país. En 2020 las universidades nacionales solicitaron cuatro veces más patentes que en 2000. En ese año representaban el 5% del total de presentaciones de residentes y el año pasado sumaron el 20% del total. Las políticas institucionales de I+D, la generación de conocimiento y la creación de oficinas dedicadas a la protección de los resultados van en aumento. Es una política que debe ser fomentada. Si bien en los 20 años hubo 7.604 solicitudes de patentes por nacionales, usuarios de otros países ingresaron más de 60 mil solicitudes en el mismo periodo, lo que muestra la importancia que otras naciones entregan a la generación de conocimiento y su protección.