Como es habitual en el mundo de las negociaciones políticas, la de ayer fue una jornada extensa en torno a la inscripción de candidaturas. Atrás quedaron los días de especulaciones y trascendidos, y es un hecho que hoy conoceremos quienes competirán en noviembre por la primera magistratura del país y por escaños en el Senado, la Cámara de Diputados y Diputadas, y el Consejo Regional (al cierre de esta edición, no todo estaba cien por ciento definido).
En los próximos días, como también se sabe, empezará el periodo de campaña, ese que no está legalizado o, mejor dicho, relacionado con la propaganda (parte el 22 de octubre), pero que de todos modos los candidatos realizan concurriendo a los barrios, a las ferias libres, dando entrevistas, etc.
Esta semana, además, una comisión mixta del Congreso continuará la discusión de la denominada “ley corta” que busca complementar la ley de fortalecimiento de las regiones que establece atribuciones tanto al gobernador regional, como al delegado presidencial.
En septiembre, en tanto, se espera la realización de una encuentro nacional organizado por los gobernadores regionales, que busca discutir sobre las fortalezas y debilidades del proceso de descentralización en curso. Se espera contar con la presencia de presidenciables y representantes de la Convención Constitucional.
Y, en medio de todos estos hechos, de elección de autoridades que definirán materias sobre el futuro de las regiones y discusiones que abordarán exactamente lo mismo, parece necesario no perder de vista las necesidades de los territorios, pero también las grandes deudas existentes, por ejemplo, en el Gran Concepción.
Es cierto, probablemente no todo pase por las mismas soluciones y responsables, pero es un hecho que la región, las ciudades, no resisten más espera. La estructura del Mercado Central sigue ahí presente en el corazón de la capital regional; las ruinas del Teatro Enrique Molina corren (al parecer) una suerte muy similar; los trabajos en el puente Bicentenario aún no concluyen; y si vamos a hablar de viaductos el Admel y el Industrial solo están presentes en el imaginario colectivo como anhelados proyectos sin concreción. Bueno, la lista es larga.
En tiempo de definiciones, todos debemos cumplir ese rol y trasmitir ese sentimiento a quienes, probablemente, van solicitar apoyo en el urna. Este es el momento.