El trabajo de la Convención Constitucional estará en la mira de todos los ciudadanos y, por cierto, de los medios. La tarea que se vislumbra es titánica y trascendental.
En su primera sesión, la Convención Constitucional estuvo llena de condimentos que contribuirán a la épica de un hecho, efectivamente, histórico y por qué no decirlo esperado por muchos chilenos. Por lo pronto, quienes marcharon pacíficamente en las calles durante octubre de 2019, la mayoría que se pronunció a favor del Apruebo en el Plebiscito del año pasado y la ciudadanía organizada que concurrió a las urnas en mayo pasado para entregar a uno de los 155 integrantes de la instancia la responsabilidad de redactar una Nueva Constitución.
Y, claro, más allá de los condenables hechos de violencia, la jornada de ayer estuvo llena de simbolismos, incluyendo la decisión de algunos convencionales constituyentes de no continuar con la ceremonia, hasta que se calmaran los incidentes fuera del ex Congreso. “Chile cambió, no podemos hacer como si nada estuviera ocurriendo afuera”, dijo el abogado Daniel Stingo, requerido durante la transmisión televisiva.
Aunque si de simbolismo se trata, la elección Elisa Loncón como presidente de la instancia, fue el más destacado. La destacada académica, que ha llevado a cabo una decena de investigaciones con temáticas relacionadas con el mapudungun y la situación sociocultural y lingüística de la población escolar de la provincia de Arauco, contó los votos de cuatro de los siete representantes del Distrito 20: Rossana Vidal, Andrés Cruz, Amaya Alves y Bastián Labbé. También recibió el apoyo del ex alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur.
En una jornada extensa, donde se cumplió con uno de los primeros pasos, le elección de la mesa, hubo deudas que se empezarán a saldar esta jornada, es decir, el funcionamiento de la instancia.
Se ha repetido en muchas ocasiones que la de ayer fue una jornada histórica (incluso al inicio de este escrito), y más allá de los condimentos que propiciaron que, a futuro vaya a ser un hecho muy recordado, no hay que perder de vista que la importancia radica, en el inicio de un trabajo que se puede prolongar hasta un año y que sentará las bases de lo que queremos ser como sociedad.
Es por ello, que el trabajo de la Convención estará en la mira de todos los ciudadanos y, por cierto, de los medios. La tarea que se vislumbra es titánica y trascendental, por ello, dependerá de cada uno que el resultado de ese trabajo sea en beneficio también de todos.