En plena pandemia, el país registró un récord de creación de empresas, alcanzando la cifra de 434 nuevas empresas por día en 2020. Es decisivo modernizar y mejorar el funcionamiento del sistema.
Perfeccionar y modernizar el registro de empresas y sociedades es fundamental para impulsar el emprendimiento en Chile. Junto a políticas de capacitación e impulso a la creación de nuevos negocios, como también el necesario fomento financiero a los emprendedores, son claves las facilidades para la puesta en marcha de nuevas empresas. En medio a la crisis sanitaria y las necesarias restricciones para controlar la pandemia, miles de personas encontraron nuevas formas de generar ingresos para sus hogares. De hecho, el año pasado la creación de empresas alcanzó un máximo histórico desde que se tienen registros, con un alza de 14,4% respecto a 2019, según datos del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo.
Fueron 158.586 nuevas empresas y sociedades en 2020 y, de ese total, 134.769 correspondieron a operaciones realizadas bajo el Régimen Simplificado. Es decir, el 85% de las empresas fue constituida bajo la modalidad “Empresa en un día”, orientada a los pequeños emprendimientos y que permite realizar los trámites de manera sencilla y sin costo. En plena pandemia, el país registró un récord de creación de empresas, alcanzando la cifra de 434 nuevas empresas por día en 2020.
Claro está que una cosa es crear una empresa y otra es mantenerla en el tiempo. Para esa etapa — posterior a la constitución de una compañía — es que deberán actuar las diversas herramientas de fomento y apoyo, principalmente a los emprendimientos de menor tamaño. Por ello es decisivo que el país trabaje para modernizar y mejorar el funcionamiento del sistema simplificado de constitución, modificación y disolución de sociedades comerciales, que es ampliamente utilizado por las micro, pequeñas y medianas empresas.
Más que nunca se hace necesario, además, transformar al Registro de Empresas y Sociedades en una plataforma global, permitiendo que no solo sea un medio para constituir nuevas empresas, sino que permita el acceso a trámites y servicios que sean necesarios y de utilidad para comenzar a desarrollar sus actividades, así como durante la ejecución de su giro. Un proyecto de esa naturaleza está hoy en manos de la Cámara Baja. Es necesario agilizar la digitalización del Estado, para así promover la inversión y políticas orientadas al emprendimiento.