Editorial

Acciones contra la desertificación y sequía

También se hace necesaria, como parte de políticas públicas, la trascendental tarea de sensibilizar y educar a la comunidad sobre su rol en el manejo y cuidado del agua.

Por: Editorial Diario Concepción 19 de Junio 2021
Fotografía: Archivo

El jueves 17 se celebró el Día de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía, establecido desde 1995 por la Organización de las Naciones Unidas para sensibilizar a las naciones sobre un problema que afecta al planeta entero. Más todavía en el actual contexto de cambio climático, que intensifica los fenómenos y sus impactos.

En Chile, que enfrenta la sequía más grande de la historia, la gravedad de la situación fue calificada como “un terremoto silencioso”, que afecta principalmente en el abastecimiento de agua potable en zonas rurales, en las ciudades y en el sector agrícola. Se ha descrito la última década como la más seca y cálida registrada, con temperaturas entre 0,5 °C y 1,5 °C sobre el promedio histórico, con negativo impacto sobre la agricultura y la agroindustria, la ocurrencia de incendios, entre otros efectos más conocidos.

Existe un inmenso déficit de lluvias en la zona centro y sur del país que agrava la situación. Según el informe “Recursos hídricos en Chile: Impactos y adaptación al cambio climático” hay una baja generalizada de las precipitaciones de entre 5% y 15% versus la media histórica para la zonas entre Coquimbo y Aysén. El trabajo, elaborado por la Mesa Agua del Comité Científico de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP-25, bajo la coordinación de la doctora en Ciencias Ambientales Alejandra Stehr (Centro Eula-UdeC), no permite una proyección muy alentadora, sino que todo lo contrario: quiebre de los sistemas ecológicos y territorios más áridos. El abastecimiento de agua mediante camiones aljibes puede convertirse en una práctica obligatoria en muchas comunas del país.

En Bío Bío el debate sobre el agua no está necesariamente vinculado a escasez o sequía, sino que la discusión está más bien centrada en la distribución adecuada y eficiente del recurso, en los derechos de uso y, sobre todo, en la buena gestión de las cuencas hidrográficas. Gestionar sus recursos hídricos es un imperativo que el país tiene que enfrentar a corto plazo. Además, también se hace necesaria, como parte de políticas públicas, la trascendental tarea de sensibilizar y educar a la comunidad sobre su rol en el manejo y cuidado de los recursos hídricos. Porque todas las acciones importan, dado que todo tiene huella hídrica y de carbono.

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