El pasado sábado 27 de marzo, a propósito de la entonces inminente postergación de los comicios de abril, el Presidente Sebastián Piñera dijo que “la decisión del gobierno en materia de elecciones va a ser oportuna y va a privilegiar siempre, la protección de la salud y la vida de todos nuestros compatriotas”.
Un día después, y tras una reunión de emergencia en La Moneda, el Jefe de Estado comunicó el envío de un proyecto de reforma constitucional al Congreso para que los comicios municipales, de gobernadores y convencionales constituyente se trasladen al 15 y 16 de mayo. “Ha sido una decisión muy difícil, pero debemos tomarla y tenemos la plena convicción de que es lo mejor para Chile y los chilenos”, dijo el Mandatario el domingo.
Y, claro, parecía cosa de tiempo, en especial, por las altas cifras de contagio por coronavirus. En su reporte de ayer, el Ministerio de Salud dijo los casos nuevos de Covid-19 aumentaron en un 11% en los últimos siete días. Junto con ello, un reciente estudio de la Plaza Pública Cadem estableció que el 73% de los consultados está de acuerdo con que se hayan pospuesto los sufragios.
La decisión generó (y seguirá generando) opiniones variadas. Ya un día antes del anuncio, casi la totalidad de los presidenciables se habían manifestado al respecto. La carta socialista, Paula Narváez, fue la primera en aludir a la idea de postergación, recibiendo apoyo de la opción DC, Ximena Rincón. Otros, como Heraldo Muñoz (PPD) y Carlos Maldonado (PR), llamaron a la prudencia. En la vereda oficialista, mientras Joaquín Lavín e Ignacio Briones apuntaban a las cifras y a la opinión médica, Sebastián Sichel pedía certezas en las fechas.
Y así, cuando aún no empieza la discusión en el Congreso, ya se conocen las primeras condiciones, como las de la presidenta del Senado, Yasna Provoste, quien sostuvo que “esto no se resuelve” cambiando una fecha, sino con otra “gobernanza sanitaria” y mejorando las ayudas social y económica a las familias.
Es un hecho que una vez más estaremos en presencia “de un gallito” entre oficialismo y oposición, pero sea cual sea la decisión, es necesario que ella sea en función de la salud de la ciudadanía y un mejor desarrollo del proceso democrático, tal y como lo ha manifestado el mundo político en las últimas semanas. Ni más ni menos.