La propuesta de un tercer retiro no es más que otra evidencia de que el sistema está muy cuestionado. Es probable que el debate sea retomado en las próximas semanas.
La Cámara de Diputadas y Diputados declaró admisible la moción del proyecto del tercer retiro del 10% de los fondos de las AFP. De esta manera, la iniciativa impulsada por el congresista Jaime Mulet avanzó a tramitación en la Comisión de Constitución. Hay una propuesta similar ingresada por la diputada Pamela Jiles, y la de Mulet incluye a pensionados de AFP y afiliados, e integra a pensionados con renta vitalicia.
El avance en la tramitación de la propuesta levanta un nuevo debate sobre el sistema de fondos de pensiones. Lo primero que ha salido: cerca de 3 millones de personas ya no tienen dinero en sus cuentas y, por tanto, no podrían ser parte del proceso. Las cifras son de la Superintendencia de Pensiones, y actualizadas al 1 de marzo indican que “los pagos por retiros de fondos suman US$ 35.278 millones y casi tres millones de personas agotaron sus ahorros previsionales”.
Para millones de personas que han realizado el retiro, el tema de fondo es precisamente el derecho de los trabajadores sobre sus propios ahorros. El actual modelo no genera consenso, más bien es blanco de críticas y reivindicaciones para profundos cambios. Hay una necesidad latente de abordar el tema de las transformaciones que se necesitan para mejorar las pensiones.
El argumento más utilizado para mantener el actual sistema de ahorro es la rentabilidad que las AFP han obtenido, en todo caso una rentabilidad es variable. Los datos de la Superintendencia muestran que los Fondos de pensiones chilenos terminaron febrero de 2021 con cifras en rojo, castigados por caídas en el mercado externo y alza de tasas locales. Sin embargo, en 12 meses, “el desempeño de los fondos previsionales se mantiene con retornos reales por sobre el 5,7%”, dice el último informe de la Superintendencia.
La propuesta de un tercer retiro no es más que otra señal de que el sistema está muy cuestionado. Las comisiones cobradas por las administradoras, el reducido números de instituciones financieras que administran los ahorros de más de 7 millones de chilenos y chilenas, y las altas utilidades obtenidas por esas organizaciones contrastan con las insuficientes pensiones pagadas a los jubilados. Es probable que el debate sea retomado en las próximas semanas, dado que nadie está dispuesto a pagar más de lo que recibe a cambio.