En tiempos como los actuales, los medios tradicionales deben trabajar para lograr la credibilidad de la ciudadanía y entregar la información más veraz y completa posible.
El pasado 13 de febrero se conmemoró nuevamente el Día Nacional de la Prensa en Chile, Una efeméride que tiene como principal finalidad homenajear a todos los profesionales de la información, que cada día trabajan para conseguir un país mejor y más democrático, donde también todos los ciudadanos estén informados de la manera más veraz, objetiva y completa posible.
El origen de esta conmemoración tiene directa relación con los orígenes del primer periódico nacional, la Aurora de Chile, publicado por primera vez el 13 de febrero de 1812. Un camino que, desde ese entonces, ha tomado diferentes vertientes, soportes y formas de comunicar, en plataformas con las más variadas tecnologías.En el último tiempo, sin dudas, el panorama informativo está condicionado por la aparición de las redes sociales y canales digitales, donde los medios tradicionales, y otros de distintos orígenes, pueden tener una conexión más directa con toda la ciudadanía.
En tiempos como los actuales, sin duda que un desafío para los medios tradicionales es trabajar para lograr la credibilidad de toda la comunidad, entregando una información veraz y lo más completa posible. Lógicamente, dependiendo del tenor de una información, pueden existir voces contrapuestas, críticas, pero lo que el profesional que trabaja en las comunicaciones debe procurar es que, más allá de esos legítimos cuestionamientos, su labor esté apegada a la ética, la honestidad y la credibilidad.
El mejor aval que puede tener un medio y sus profesionales es ser creíbles. Que ante una noticia la ciudadanía recupera en primer lugar a sus informaciones, porque existe confianza en lo que se publica. Algo que, por el mismo auge de las redes sociales, cuesta mantener debido, principalmente, a que siempre existirán voces disidentes.
Eso no debe hacer perder el norte a los medios tradicionales.Al contrario, debe reafirmar sus convicciones. Si se hace un buen trabajo, de acuerdo a los estándares que exige la profesión periodística, esas críticas aparecerán como infundidas o, en el mejor de los casos, como opiniones constructivas que ayuden a crecer, a mejorar. Porque si algo no ha cambiado desde que comenzó esta conmemoración es que los medios deben trabajar para el servicio de sus respectivas comunidades.