Entrando al segundo mes del año y a poco más de dos meses de la elección de gobernadores, municipales y convencionales constituyentes, los cuestionamientos y polémicas en torno a las candidatos y candidatas (con más o menos argumentos) están y seguirán estando a la orden del día. Nada nuevo bajo el sol, pues ocurre en todos los procesos eleccionarios y es probable que, así como sucede ahora, de cara a los comicios de abril, las polémicas también estarán presentes a mediados de año (primarias) y en noviembre (presidenciales y parlamentarios).
No obstante, en los últimos días, también se han conocido situaciones que no solo atañen a candidatos, sino también autoridades ejercicio o recién asumidas como es el caso del seremi de Educación, Felipe Vogel; y otras ya renunciadas, como el ex intendente, Sergio Giacaman. El primero, cuestionado por el PS tras conocerse una antigua publicación en Twitter donde tilda al expresidente, Salvador Allende, de cobarde; y el segundo, participando de una reunión telemática entre la Seremi de Economía y la Cámara de Turismo, donde además de su presencia, se criticó que no haya respetado las medidas de seguridad (en la imagen Giacaman se aprecia cerca del seremi y sin mascarilla).
¿Polémicas evitables? Probablemente.
¿Se puede pedir más a las autoridades, incluyendo, aquellas que estando en ejercicio aspiran a un cargo de representación popular, como es el caso del director regional del Injuv, Gustavo Apablaza (otro cuestionado por estos días)? Sí.
En los últimos años hemos sido testigos de comportamientos y declaraciones de la clase política, que si bien pueden estar dentro del marco de la normativa legal y pueden ser erradas; no es menos cierto, que también rozan la falta de ética y demuestran un profundo desapego a la realidad de los ciudadanos de a pie. Desde el olvido del Presidente de usar mascarillas en un playa, hasta los llamados a levantarse temprano para pagar menos en el transporte público, pasando por los consultorios transformados en “centros sociales”, y otros que implicaría mayor espacio para enumerarlos.
La política debiera ser un encuentro de argumentación de ideas, pensando en el futuro de cada territorio, pero si nuestros y nuestras representantes siguen dando pasos en falso pensando en sus respectivas parcelas, sin pensar en el conjunto, poco cambiará lo expuesto.