Cuidar el entorno y fomentar el reciclaje es una tarea de todos. Y, sobre todo, tratar de inculcar estos hábitos en los niños, de tal manera que sean parte de sus costumbres desde pequeños.
A partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas, celebrada en 1972 en Estocolmo, cada 26 de enero se conmemora en todo el planeta el Día Mundial de la Educación Ambiental. Una fecha que tiene como principal objetivo identificar la problemática ambiental, tanto a nivel global como a nivel local, para que las personas tomen conciencia de lo frágil que es el planeta. Además, para que los gobiernos y autoridades pongan en su justa relevancia la necesidad de conservar y proteger el medioambiente.
En la actualidad, sobre todo tomando en cuenta los efectos del cambio climático, es importante estar pendiente de los daños ambientales que sufre nuestro planeta y cómo poder revertirlos. Es vital seguir trabajando para evitar la extinción de especies de flora y fauna, y otros fenómenos que tanto afectan los ecosistemas.
Actualmente, se pretende enseñar desde la naturaleza, utilizándola como recurso educativo. Es necesario educar para mejorar y apreciar el medioambiente, hay que presentar y aprender conductas correctas hacia el entorno. Se trata de la concepción de la naturaleza no como fuente inagotable de recursos, sino como un ecosistema frágil que tiene sus propias exigencias que hay que respetar por nuestro propio interés y supervivencia.
Mediante la formación ambiental, las personas pueden explorar y entender las problemáticas del medio ambiente y tienen la oportunidad de dejar de ser parte del problema para convertirse en parte de las soluciones, puesto que el conocimiento es fundamental para tomar medidas orientadas a sumar, en vez de restar, medioambientalmente hablando.
En ese sentido, el reciclaje aparece como una medida fundamental. También la limpieza de lugares públicos, de espacios verdes y otros como playas que, en una época normal y sin pandemia, frecuentemente sufren debido a personas que no tienen aún la conciencia de lo que significa la preservación del medioambiente.
Sin duda alguna, la formación ambiental debería ser parte esencial de la vida de todo ser humano, desde su más tierna infancia, desde la niñez. Valorar y proteger el entorno, cuidar y respetar a todos los demás seres vivos es algo fundamental. Y en ese camino, disfrutar del contacto con la naturaleza puede ser un muy buen comienzo para generar conciencia.