Editorial

El rechazo a las vacunas

Información falseada, distorsionada y sin relación con la verdad ha sido utilizada desde siempre para evadir una realidad: Las vacunas son una de las herramientas más poderosas del control y erradicación de enfermedades.

Por: Editorial Diario Concepción 07 de Enero 2021
Fotografía: Vacuna

Hace exactamente 13 meses que el mundo conoció el primer caso de coronavirus. Desde entonces, mucho se ha avanzado en el combate a lo que finalmente se convirtió en pandemia. Aprendimos a convivir con las mascarillas, en cuarentenas, con toque de queda, distanciamiento físico, y una serie de cambios que nos ha impuesto la crisis sanitaria. Y lo más relevante: en menos de 1 año, a través de una inédita colaboración científica, fue posible desarrollar una vacuna.

Tanto avanzamos que las teorías conspirativas sobre la pandemia encuentran poca resonancia. Son pocos lo que todavía entregan validez a la tesis de que el coronavirus es una bacteria amplificada con radiación electromagnética de la red 5G. Es poco creíble afirmar que Bill Gates, fundador de Microsoft, tiene un proyecto de vacunas con microchips para controlar a la población. Menos aún decir que los asintomáticos no contagian y que los medios de comunicación ocultan un tratamiento preventivo en base a vitaminas, hidroxicloroquina y zinc que podría funcionar contra la Covid-19. Atrás quedó un gran número de afirmaciones falsas, sin evidencias científicas, pero que en su momento dieron vuelta al mundo como verdades comprobadas.

Por desgracia, todavía persiste una campaña en contra de las vacunas, situación que ha ganado énfasis con la distribución de los fármacos fabricados por Pfizer. En todo caso, no es una realidad nueva. Información falseada, distorsionada y sin relación con la verdad ha sido utilizada desde siempre para combatir los esfuerzos destinados a asegurar la salud pública. Las vacunas son una de las herramientas más poderosas del control y erradicación de enfermedades.

La desconfianza en las vacunas puede tener razones diversas, como la desinformación, las precarias condiciones sanitarias, la publicación de falsos estudios y también en virtud de creencias religiosas. Esa desconfianza y las falsas informaciones que circulan en las redes sociales, sumadas a las deficiencias de los sistemas sanitarios han resultado en un incremento de enfermedades como, por ejemplo, el sarampión.

Según la OMS, el rechazo hacia las vacunas es una de las 10 amenazas para la salud mundial y ello exige fuertes campañas educativas. Ese rechazo puede paralizar muchos avances e instalar un panorama desfavorable para la salud de toda la población.

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