Editorial

Alto interés en la Convención Constitucional

Llama positivamente la atención el alto interés ciudadano de participar de un proceso que será histórico. Parece que el ciudadano común ha entendido la importancia de lo que está en juego.

Por: Diario Concepción 28 de Diciembre 2020
Fotografía: Archivo | UdeC

Según el registro con que cuenta el Servicio Electoral (Servel), para candidatos independientes que buscan patrocinio a sus opciones, en la Región existen 44 ciudadanos interesados en ser parte de la Convención Constitucional que estará encargada de redactar una nueva carta fundamental que reemplazará la heredada de la dictadura militar.

Efectivamente, son 44 personas sin militancia política y tampoco cuentan con apoyo de alguna colectividad que, por otro lado, también están realizando su trabajo, captando interesados cercanos a sus perfiles y/o sensibilidades para promoverlos en listas que aún está por verse cuántas serán. Al menos, tanto en los sectores de la oposición como del oficialismo, el discurso público ha sido llegar a una lista unitaria, aunque sólo en el caso de los segundos hay avances significativos.

En los grupos de la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio se sigue hablando de un conjunto de nombres que agrupen “a todas las fuerzas del progresismo”, pero hasta ahora las negociaciones siguen (incluyendo las definiciones en torno a la elección municipal que también se desarrollará en abril). En la Región, además, distintas organizaciones sociales y grupos de profesionales sostienen reuniones clave estos días en la búsqueda de acuerdos. Todos los grupos, en todo caso, tienen plazo hasta el lunes 11 de enero para inscribir sus listas ante el Servel (o antes, para no llegar al último día sin definiciones y repetir el bochorno de las primarias).

Pero, más allá de los hechos relatados, que forma parte de los “entretelones” del poder, llama positivamente la atención el alto interés ciudadano de participar de un proceso que será histórico. Claro, las motivaciones que pudieran existir en cada uno de los postulantes, en cada colectividad o grupo, pueden ser variadas, desde visibilidad pública, hasta un verdadero interés cívico. Sin embargo, parece que el ciudadano común ha entendido la importancia de lo que está en juego.

Se trata de una oportunidad única para cambiar buena parte de nuestro sistema de vida, tal y como lo conocemos hasta ahora, un sistema que castiga a muchos y beneficia a unos pocos. Y, en ese objetivo, el rol de los medios sigue siendo el de informar, el de entregar las herramientas necesarias a la ciudadanía para que, llegado el momento, pueda tomar la decisión que le parezca mejor. Ese es, al menos, el camino que decidimos recorrer.

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