En el Día del Hospital, no solicitaron aplausos ni reconocimientos. Lo que piden es mayor responsabilidad de la ciudadanía, puesto que los contagios no se detienen.
“A quienes con su trabajo han sostenido nuestra esperanza de reencontrarnos y poder abrazarnos con más fuerza” dice la placa instalada en uno de los muros perimetrales del Hospital Clínico Regional Dr. Guillermo Grant Benavente. A través de coloridos murales se rindió un sentido homenaje a profesionales, trabajadoras y trabajadores de la salud que han combatido incansablemente la Covid-19. La gratitud se ha expresado en otras iniciativas, como en el lienzo de diez metros de alto con la inscripción “gracias” y que fue desplegado en un edificio de la capital penquista. El agradecimiento también se manifestó por medio de donaciones de elementos de protección personal para quienes se desempeñan en la primera línea de la pandemia. Universidades, emprendedores, empresas y organizaciones diversas se unieron en ese esfuerzo de retribuir un poco a los que han hecho mucho.
Ayer 3 de octubre se conmemoró el Día del Hospital y fue la ocasión para recordar la decisiva labor de los que se arriesgan a diario al enfrentarse al coronavirus. Si bien la efeméride recuerda al primer hospital de Chile, iniciado con la donación del terreno en 1552, no es la infraestructura de cemento y ladrillos que salva vidas, ni los equipamientos más sofisticados, ni la más reciente tecnología. Son personas de carne y hueso las que ponen el hospital a servicio de la salud de la ciudadanía. Personas como el químico farmacéutico Guillermo Quezada, que hace atención de público para entregar los fármacos que todos necesitan. Personas como Karina Cabezas, enfermera del Cesfam Cabrero. Como Enid Ramírez, pediatra; y Ramón Meneses, referente de urgencias del Servicio de Salud Concepción. También Nicolás Pavez, especialista en medicina intensiva UCI del Hospital Guillermo Grant Benavente. El doctor Alberto Reyes, del Cesfam de Tomé, la enfermera Consuelo Flores, el técnico en enfermería, André Saravia, y la enfermera del Hggb, Constanza Aravena.
Se arriesgan todos los días, como también el personal que mantiene el aseo de nuestras calles, el funcionalismo público y los educadores. En el Día del Hospital, los trabajadores de la salud, médicos, enfermeros, enfermeras y técnicos no solicitaron aplausos ni reconocimientos. Lo que piden es mayor responsabilidad de la ciudadanía en tiempos en que los contagios no se detienen. Pero no cuesta nada repertirlo: a todas y todos, GRACIAS.