Editorial

Retiro del 10% de los fondos previsionales: la arremetida de los empresarios

A los ciudadanos no les importa percibir algo menos en las ya escuálidas pensiones que recibirán cuando les corresponda jubilarse, pero sí les importa contar con recursos para pagar las cuentas hoy, cuando les preocupa alimentar a sus familias.

Por: Editorial Diario Concepción 14 de Julio 2020
Fotografía: Agencia UNO

Sin lugar a dudas, la votación realizada la semana anterior en la Cámara de Diputados sobre la posibilidad de que los afiliados a las AFPs puedan retirar el 10% de sus imposiciones para enfrentar la pandemia y sus estrepitosas consecuencias produjo efectos inusitados.

El miércoles pasado, la opinión pública observó expectante una votación absolutamente inesperada un par de semanas antes. Y los parlamentarios preocupados de cómo los observan; después de todo, más de dos millones de ciudadanos siguieron la transmisión, evaluando el papel de sus representantes distritales.

Lo ocurrido los siguientes días en el oficialismo es por todos conocido: renuncias simbólicas, declaraciones cruzadas, cuestionamientos serios de los partidos hacia los ministros involucrados se sucedieron cada jornada, incluso desacreditaciones personales hacia los trece diputados de Renovación Nacional y UDI.

Ayer la situación escaló a un nivel nunca antes visto. En un complemento a las cartas enviadas por cinco AFPs a sus afiliados, adelantando los desastres por venir en materia previsional (medidas cuestionadas por la Superintendencia de Pensiones), los principales empresarios del país dieron a conocer públicamente el profundo rechazo que les produce la posibilidad de legislar la iniciativa parlamentaria. “Aún es tiempo de rectificar el rumbo”, se titulaba el inserto en El Mercurio.

Ciertamente, el Gobierno tuvo todo el tiempo para encontrar el rumbo y hacerse cargo de la grave situación económica que afecta a cientos de miles de cotizantes, que encontraron sentido a la iniciativa surgida entre parlamentarios oficialistas, como una forma de paliar las necesidades que la emergencia sanitaria ha generado en el grueso de la población.

Este sentido, por lo demás, obedece al descrédito que presentan las empresas administradoras de pensiones. A los ciudadanos no les importa percibir algo menos en las ya escuálidas pensiones que recibirán cuando les corresponda jubilarse, pero sí les importa contar con recursos para pagar las cuentas hoy, cuando les preocupa alimentar a sus familias.

Y los empresarios también tuvieron la oportunidad de rectificar el rumbo mucho antes del estallido social que el país vivió en octubre del año pasado. Para ello, solo había que considerar a los millones de chilenos y chilenas que coparon las calles exigiendo un cambio en el sistema previsional hace más de 5 años atrás.

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