La misma actitud negligente hacia los riesgos se puede observar en la Región del Bío Bío. Resistencia al cambio, picardía, viveza y deslegitimación de la autoridad son algunas de las lecturas al respecto.
Entre los diversos neologismos y nuevas expresiones creados en la actual pandemia, Covidiota es una de las que se han popularizado con más velocidad. El término califica a personas que ostentan una actitud negligente hacia el coronavirus, que exponen a sí mismos y a los demás de manera indolente y descuidada. Para la escritora española Carmen Camacho son, también, “los listos que propagan bulos”, “la tipa que en el supermercado se te pone a toser cerca; el político o la política que se pase por el arco las recomendaciones sanitarias y evidencias científicas”, y “el licenciado en virología por Twitter”.
Como sea, describe un comportamiento peligroso. Son los que no usan mascarillas donde deberían usarlas, no conservan la distancia física recomendada, salen a los parques a pasear y a hacer deporte en masa sin los elementos de protección. Son los que incumplen con las cuarentenas decretadas. El “Covidiot” nació en el mundo anglosajón para describir a las personas que ponen en riesgo de coronavirus a otros individuos y es un comportamiento observado tanto en países desarrollados, como Suecia -en que clausuraron un parque para frenar las fiestas al aire libre-, como en naciones en desarrollo de todos los continentes.
La misma actitud descuidada hacia los riesgos se puede observar en la Región del Bío Bío y así lo registró un reportaje en la edición de ayer de Diario Concepción. Especialistas han realizado diferentes lecturas para el fenómeno, desde “la resistencia al cambio” de parte de la población hasta la “picardía”, la “viveza”, la “deslegitimación de la autoridad” y un mecanismo de defensa expresado a través de la “negación de los riesgos”.
Habría que agregar las contradictorias señales de autoridades políticas de distintos ámbitos que, con toda seguridad, provocan reacciones dispares en la ciudadanía. Es probable que también tenga repercusión la fractura entre las élites políticas y económicas, su desconexión con la sociedad civil. Ese panorama se articula en una baja identificación del ciudadano con liderazgos que deberían entregar ejemplos a seguir. Sin ello, una parte de la población puede sentirse inclinada a deslegitimar la autoridad y a no respetar normas, directrices, recomendaciones. Hay material de sobra para la investigación de especialistas y quizás con ello, se pueda explicar por qué, con todas las medidas sanitarias para el fin de semana, se registró un récord de casos positivos para covid-19 en el Gran Concepción.