Editorial

La amenaza de los precios bajos

Una deflación traería buenas noticias para muchos. Pero también un deterioro del aparato productivo en sectores que no logren hacer frente a las disminuciones de precios.

Por: Editorial Diario Concepción 14 de Mayo 2020
Fotografía: Agencia UNO

Las variaciones mensuales del IPC se han mantenido a la baja: 0,6 en enero, 0,4% en febrero, 0,3% en marzo y nula variación en abril, según los datos entregados por el Banco Central de Chile. Con esa tendencia de caída en las presiones inflacionarias está dentro del rango de posibilidades de que mayo registre una variación negativa. Si a una inflación negativa en los próximos meses además se agrega una disminución de la producción, entonces podríamos hablar de deflación en este 2020.

No necesariamente se dará ese escenario. De hecho, el año pasado tuvimos variación nula del IPC en tres oportunidades, pero la inflación se mantuvo en 3%, dentro del margen proyectado por el Central. Pero una deflación traería buenas noticias para muchos. Presión de los precios a la baja, como una derivada inicial de la menor demanda. También tendría efectos en los gastos asociados a las deudas en UF, como los créditos hipotecarios.

Sin embargo, también traería efectos muy negativos, como un deterioro del aparato productivo en sectores que no logren hacer frente a las disminuciones de precios. En consecuencia, mayor impacto en el empleo, por ende, en el consumo, y otra vez en la demanda de bienes y servicios. Un círculo vicioso.

El Banco Central ha impulsado políticas para estimular la demanda por medio de menores tasas de interés. Lo mismo ha hecho Estados Unidos. Japón viene desarrollando durante años políticas de bajas tasas para impulsar el crecimiento. Nadie quiere una inflación alta, tampoco una deflación.

Las señales de desaceleración de la economía son visibles en Chile, pero también en las grandes economías que enfrentan la actual pandemia. Acumulado desde enero, el IPC de países como Alemania (-0,1%), Reino Unido (0,1%), Francia (-0,3%), Estados Unidos (-0,2%), Japón (-0,4%), Italia (0,2%), España (-1,2%) y China (4,5) revelan un panorama de incertidumbre para los próximos meses. Una reducción de la actividad mundial podría reducir los precios de la energía, pero lo más seguro es que impactaría también en los precios de los commodities, como el cobre.

Pero una cosa es la desaceleración de la producción y de la demanda interna, y otra es una caída recesiva de la actividad económica. Hay que trabajar, tal como ocurrió en 2009, para que el escenario no sea tan trágico.

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