Editorial

A no bajar la guardia… La responsabilidad es compartida

No todos podemos hablar en detalle y con bases sólidas al momento de referirnos a una enfermedad, sin embargo, ello no implica actuar de forma irresponsable.

Por: Editorial Diario Concepción 11 de Mayo 2020
Fotografía: Agencia UNO

Las razones pueden ser muchas, las explicaciones variadas y los argumentos múltiples, pero los hechos son los hechos y las cifras, sobre todo en tiempos como los que estamos viviendo, hablan por sí solas. Es decir, cuando empezaba el repunte, en momentos en que las autoridades regionales destacaban la evidente baja de contagios por Covid-19 (que día a día no superaban los tres), algo nos recordó que seguíamos “en modo coronavirus”, tal y como lo dijo en alguna oportunidad el propio intendente del Bío Bío, Sergio Giacaman.

El primer conteo fue el de la noche del miércoles con 15 nuevos casos; luego, el jueves, con 25; y posteriormente, el viernes, 28. El fin de semana nos volvió a dar un respiro, con 15 casos. No obstante, esto que parece una buena noticia, vuelve a chocar con la cruda realidad de las cifras que nos entregan las mismas autoridades.

Sí, porque casi como si existiera un relajo, el temido relajo del cual hablan todos los representantes del Estado cada día en telecoferencia con los medios, ya se torna habitual el incremento de detenciones durante las noches de viernes y sábado. Se trata, mayoritariamente, de ciudadanos comunes y corrientes que se olvidan que nos encontramos en Estado de Excepción y que una de las medidas que sigue estando presente es el Toque de Queda. Sólo el sábado se detuvieron a 71 personas que no contaban con un salvoconducto. El viernes, en tanto, la cifra fue aún mayor: 150.

En el mundo del boxeo, todo buen púgil sabe que aún cuando su adversario esté contra las cuerdas, es decir, abatido en el suelo tratando de levantarse, no debe bajar la guardia, los brazos. La apertura de centros comerciales y el levantamiento de las restricciones a las iglesias para que puedan realizar cultos o misas, parece ser, justamente, un signo de un luchador confiado de haber vencido a su oponente. Un signo que, lamentablemente, parece haber “contagiado” a parte de la ciudadanía que necesita (o desea) salir del encierro.

En efecto, no todos podemos hablar en detalle y con bases sólidas al momento de referirnos a una enfermedad, mucho menos si se trata de un virus que los especialistas aún estudian o investigan, en particular, para intentar hallar una vacuna. Sin embargo, ello no implica actuar de forma irresponsable y, algunas cifras, lamentablemente dan cuenta de dicho comportamiento.

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