Como hay consenso de que los efectos de la pandemia van más allá de la esfera de la salud, también hay consentimiento de que es necesario el aporte de todos para acelerar la recuperación.
El último Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de marzo de 2020, de acuerdo con el informe entregado por el Banco Central, cayó 3,5% en comparación con igual mes del año anterior. Para abril, los agentes del mercado consultados por el Central anticipan una contracción entre 8,5% y 12,4%, mientras que, para el segundo trimestre de 2020, la caída podría oscilar entre el 6,8% y 10,5%.
En palabras simples, el impacto de la pandemia en la economía será fuerte y las primeras señales son bastante evidentes en los documentos entregados por el instituto emisor, como también en los últimos boletines del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sobre producción y empleo.
Frente a esa realidad, la atención también se vuelve a la velocidad y modelo de recuperación que presentaría la economía chilena. Para el expresidente del Banco Central, Vittorio Corbo, no habrá una recuperación en “V”, sino más bien en forma de U. En una entrevista a El Mercurio, Corbo dijo que el regreso a la “nueva normalidad” será a través de un “proceso gradual y lento, en el que las actividades que involucran una alta interacción social – turismo, viajes, espectáculos, restaurantes, comercio al detalle, servicios personales – van a seguir afectadas, ahora por el temor a nuevos brotes”.
Es decir, el ex ejecutivo del Banco Central anticipa un escenario complejo. Marzo no fue bueno, con las medidas restrictivas debido a la pandemia, abril fue peor y también los meses venideros no traerían cifras económicas positivas.
En una recuperación en “V”, tendríamos una caída brusca, pero a la vez una vuelta también vertiginosa. En “U”, el proceso será más lento y gradual, y los indicadores tardarán más en llegar a los niveles anteriores.
Por ende, hay que insistir en medidas de apoyo a miles de micro, pequeños y medianos empresarios. Para que la recuperación pueda ser más rápida, y que las medidas restrictivas no destruyan emprendimientos. Lo mismo para los de servicios y comercio. En Europa han creado un fondo de 1,6 mil millones de euros para financiar la recuperación. Empresas privadas se han sumado a ese esfuerzo. Como hay consenso de que los efectos de la pandemia van más allá de la esfera de la salud, también hay consentimiento de que es necesario el aporte de todos para acelerar la recuperación.