Huachipato no podía encontrarle la vuelta a Limache, pero lo empató a los 95' con golazo de Villanueva y en penales fue mejor para levantar la Copa Chile. El 2026 jugarán la Libertadores.
A veces las finales son más emoción que fútbol. Huachipato no hizo un buen partido contra Limache, pero en este tipo de juegos hay que sacar lo otro y el acero armó una jugada de buen fútbol en un espacio donde no se podía y Carlo Villanueva con el 1-1 mandó todo a los penales. Ahí los acereros fueron más certeros, ganaron 4-3 y levantaron una Copa Chile que siempre les fue esquiva. El próximo año jugarán la Copa Libertadores y el boleto es merecido.
El arranque en El Teniente fue mejor para Limache, que amenazó con dos remates de “Popín” Castro juntándose constantemente con el siempre movedizo Luis Guerra. Del otro lado, Maxi Gutiérrez era bien controlado, Jimmy Martínez no podía manejar el partido a su manera y a eso se sumaba César Pinares amenazando a Odriozola.
Hubo remates medio pifiados de Facundo Pons y Guerra, mientras los siderúrgicos solo contaron una llegada de riesgo en el primer tiempo, cuando Gutiérrez urdió una pared con Altamirano, pero su remate llegó débil a manos de Bórquez.
Los de Talcahuano se animaban con Rafael Caroca ganando un cabezazo que se fue sobre el travesaño, pero Limache aprovechó su velocidad a la contra. Castro condujo para abrir a Pons, que se llevó en carrera a Leandro Díaz y batió a Odriozola (52″). Luego Limache se agrandó y Castro reventó el palo del portero uruguayo en los peores momentos del cuadro de García.
El DT puso un doble “9” con Cris Martínez al lado de Altamirano, metió a Torres y Briceño y la idea era tirar centros a ver si alguno caía en cabeza acerera. Pero el gol fue tocando por abajo y con Villanueva tejiendo una fineza con Cris. El zurdazo del volante abajo fue el desahogo después de 95 minutos donde no se veía por donde.
Los penales no son una lotería. Tienen mucho de confianza, oficio, frialdad. Gutiérrez, Villanueva y Altamirano ejecutaron de gran manera, mientras del otro lado Agustín Arce daba con su derechazo al travesaño y hacía explotar a la numerosa hinchada de Huachipato que llegó en 20 buses a Rancagua.
Sorpresivamente, falló Cris Martínez después de una larguísima carrera, pero Claudio Sepúlveda no tembló en el último y dejó toda la responsabilidad en los pies de Pons. La cara del atacante acusaba que algo no saldría bien y así fue. Su remate no fue ni tan fuerte ni tan ajustado y Odriozola no dudó para contener y desatar la fiesta en el puerto.
El acero lo hizo de nuevo. Tiene 3 títulos nacionales, volverá a la Copa Libertadores y levantó una copa que había perdido en su única final el 2014 contra Iquique. El campeón del sur no es un lienzo escrito con soberbia sino con argumentos. Talcahuano está de fiesta y el otro año habrá que armarse en serio para dar cara otra vez contra los grandes del continente.