No es posible que el país siga funcionando sin personas que produzcan combustible en una refinería. Tampoco sin un cocinero que elabore los alimentos que serán entregados por repartidores en moto. Todos desempeñan tareas esenciales.
El Día Internacional del Trabajo tuvo un carácter distinto en 2020. El coronavirus puso a Chile bajo la amenaza de una pandemia y también truncó las tradicionales celebraciones, eventos y manifestaciones propias de esta fecha emblemática. Para frenar el contagio, muchos trabajadores cumplen con sus labores desde sus casas, mientras otros continúan con sus actividades de manera presencial para que los demás puedan trabajar desde el hogar.
Miles están en la primera línea: trabajadoras y trabajadores de la salud, bomberos, fuerzas policiales y militares. Funcionarios en supermercados, taxistas, camioneros, empleados de la construcción e industria. Veterinarios, vendedores ambulantes, bencineros, panaderos y conserjes. No es posible tampoco que el país siga funcionando sin personas que produzcan combustible en una refinería o sin un cocinero que elabore los alimentos que serán entregados por repartidores en distintos puntos de la ciudad. Todavía hay encomiendas y correspondencias que exigen la presencia de carteros.
Todos desempeñan tareas esenciales, aunque a veces algunas de estas importantes labores se convierten en invisibles, como los trabajadores que cuidan del aseo de las ciudades recolectando la basura o quienes mantienen la limpieza en hospitales y centros de salud, todas acciones indispensables en cualquier tiempo y, más aún, en medio de esta crisis sanitaria.
Este 1º de mayo transcurrió distinto a aquel 1º de mayo de 1886, en que trabajadoras y trabajadores reivindicaban la jornada de 8 horas, en un avance significativo respecto de las jornadas de 12, 16 y hasta 18 horas de aquella época. Una reivindicación que comenzó en Chicago y terminó extendiéndose al resto del mundo, transformándose en una de las conquistas laborales de más alto impacto en la historia del trabajo.
En medio de esta pandemia, es clave reconocer la labor de los trabajadores, así como consolidar nuevas conquistas laborales, como prevención, seguridad y salud en el trabajo. Esta pandemia debe orientarnos a conquistar seguridad y salud para todos, en oficinas, hogares, calle o vía pública, obras o faenas para que el 1º de mayo de 2021 podamos celebrarlo sintiendo que el sacrificio de los trabajadores y trabajadoras tuvo un justo reconocimiento, y una relevante consecuencia asociada con la vida de quienes realizan un trabajo imposible de ejecutar a distancia.