Editorial

Políticas contracíclicas

Es urgente insistir en la activación de programas orientados a paliar el impacto económico de la covid-19, sin afectar al programa fiscal. Es posible que el país disponga de ahorros que fueron creados para momentos de crisis.

Por: Editorial Diario Concepción 02 de Mayo 2020
Fotografía: Agencia UNO

La primera señal de los efectos de la pandemia sobre el empleo fue entregada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Más de 800 mil personas están desempleadas en Chile y la tasa de desocupación ya se empina al 8,2%, la cifra más alta de los últimos 10 años. En la Región del Bío Bío, no es la cifra más alta de la última década -pasamos de los 9% en 2017 y también en 2018-, pero el desempleo va en una seguidilla de aumentos y llegó a 8,6%. Lo grave de la situación actual, sin embargo, es que la medición del INE casi no registra el impacto de la pandemia, puesto que considera el trimestre enero-marzo de 2020. Como se sabe, los mayores efectos de la crisis sanitaria comenzaron a reflejarse con mayor fuerza a partir de abril.

Lo más probable es que la próxima medición del INE entregue un panorama poco alentador sobre la situación del empleo en Bío Bío. Hay evidentes indicadores de una desaceleración de la actividad económica regional. Hay noticias sobre empresas y negocios que han bajado la cortina debido a las medidas restrictivas para combatir la pandemia. Hay menores gastos en las tarjetas de crédito, en contratación de servicios, en producción manufacturera, generación eléctrica y un largo etcétera. En consecuencia, la tasa de ocupación informal se situó en 25,8%, registrando un alza de 0,2 pp. en doce meses.

En Bío Bío, hay una preocupación adicional: una tasa de desempleo “encubierta”, por decirlo de alguna manera. Según datos del Ministerio del Trabajo, al menos 25.325 personas están con sus contratos suspendidos y deberán recurrir al Fondo de Seguro de Cesantía. Técnicamente, no están desempleadas, pero tampoco están trabajando. No reciben un sueldo, sino que deberán lanzar mano de su seguro para cesantes. Si fueran incorporadas al universo de desempleados, estas 25.325 personas elevarían la tasa a un 11,9% de desocupación. En otras palabras, un 12% de la fuerza laboral de Bío Bío se encuentra en una situación compleja.

Es urgente, entonces, insistir en la activación de programas orientados a paliar el impacto económico de la Covid-19. Sin afectar al programa fiscal, por cierto, es posible que el país disponga de ahorros que fueron creados justamente para políticas contracíclicas. Incentivos a obras de infraestructura, apoyo a las Pymes, protección al empleo y beneficios a familias vulnerables son medidas más que necesarias.

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