Para muchas personas, recordar el 27/F es sinónimo de pérdidas, de la partida de seres queridos. Por eso, ojalá que todas las actividades programadas sean con el mayor respeto posible.
Para quienes vivieron el terremoto de 2010, sin dudas, es una fecha especial, significativa. Independiente del paso del tiempo, para todas las personas que sufrieron la partida de algún ser querido es un tema sensible, que seguramente emociona y los lleva a recordar muchas cosas, más aún cuando se cumplen diez años de la tragedia.
Por tratarse de una década de lo sucedido, habrá muchas actividades de conmemoración, en diferentes puntos de la ciudad, la Región y el país. Actos que seguramente hablarán de lo que sucedió, de los errores que pudieron cometerse y también de cómo se puede mejorar de cara al futuro.
Para muchas personas, recordar el 27/F es sinónimo de pérdidas, de partida de seres queridos, de un episodio durísimo de sus vidas. Por eso, ojalá que todas las actividades programadas sean con el mayor respeto posible, considerando también que nuestra Región fue una de las zonas más afectadas, donde el 8.8, sin dudas, marcó un antes y un después en Bío Bío.
Debe existir esa consideración por quienes han sufrido, para quienes aún, más allá del paso del tiempo, algunas cosas aún no cicatricen. Que las personas que quieren pasar esta fecha con el mayor recogimiento posible no se encuentren con que los actos conmemorativos se transformen en algo más: en discursos inadecuados, que apunten a otro tipo de cosas, que tengan un foco distinto a recordar con respeto y sensibilidad un evento trágico para la gran mayoría de la población.
Que no exista aprovechamiento político de la situación, que quienes estén a cargo de encabezar cada ceremonia tengan en cuenta el significado que esta fecha tiene para muchas personas. Seguramente, quienes sufrieron alguna partida o una situación amarga preferirán estar junto a sus seres queridos, amigos, reflexionando y recordando lo sucedido a su manera. En forma íntima, personal.
Parte de crecer y avanzar como sociedad, hacia una más justa, donde todos sean capaces de empatizar con quien tienen al lado, justamente es poder considerar lo que viven otros como algo propio, guardando el respeto necesario y teniendo la sensibilidad que justifica la situación. Sin dudas, hoy es una buena prueba para ello, de tal manera que se conmemore el 27/F de la forma que corresponde.