Editorial

Cuidar un espacio que es patrimonio de toda la comunidad

Es elocuente el profundo rechazo a estos actos de violencia en el campus de la UdeC, que atentan contra la comunidad universitaria y contra la ciudadanía en su conjunto.

Por: Editorial Diario Concepción 09 de Febrero 2020
Fotografía: UdeC

El uso de actos vandálicos no contribuye a crear un país más justo y equitativo. Esa afirmación no excluye ni deja de reconocer la existencia de conflictos al interior de una sociedad. Pero sí plantea una distinción en la forma de resolver las diferencias y las legítimas demandas de diferentes grupos sociales.

Esa convicción ha motivado, de manera transversal, un profundo rechazo a los actos vandálicos cometidos por un grupo de manifestantes que violentamente ingresaron al campus de la Universidad de Concepción el viernes por la noche. Las acciones violentas de este grupo de encapuchados terminaron con más de 80 vidrios quebrados, 2 camionetas pertenecientes a la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas incendiadas, 1 punto de reciclaje y 1 garita de guardias también resultaron quemados. Además, de señalética destruida y rayados en edificios patrimoniales, así como en escultura conmemorativa de los 100 años de la institución.

Los daños generados no hostilizan solamente a esa Casa de Estudios en particular, sino que a toda la sociedad, por la obvia pertinencia de la educación superior con el desarrollo económico y social de las comunidades. La Universidad de Concepción ha mantenido abierto todos sus espacios a la comunidad, a fin de facilitar el diálogo que promueva el crecimiento y entendimiento entre todas las personas. Del mismo modo y a partir del estallido social, ha contribuido a la formación ciudadana, disponiendo de cursos en línea abiertos y gratuitos para toda persona.

Los actos de la noche de viernes invitan a pensar los muchos matices que puede haber en medio de posiciones binarias respecto a cualquier materia. Es la antítesis de lo que representa e impulsa una universidad: su universalidad.

Por lo mismo, es elocuente el profundo rechazo a estos actos de violencia en el campus de la UdeC, que atentan contra la comunidad universitaria y contra la ciudadanía en su conjunto. Ese rechazo es también un llamado a cuidar este espacio que es patrimonio de todas y todos.

Es imperioso recordar que el diálogo y la participación ciudadana constituyen el camino para construir el Chile justo y solidario que todas y todos anhelan.

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