El juez español, Baltazar Garzón, hombre reconocido en el país por haber detenido a Pinochet en Londres en 1998, de manera indirecta, dio a los líderes que tienen diferentes responsabilidades en el Chile en crisis, una voz de alerta.
En efecto, de sus palabras se interpreta que nadie que ejerza un liderazgo que beneficia o afecta a una sociedad específica está exento de responsabilidades según las medidas que toma en el ejercicio del poder. En la grave situación que se encuentra Chile en estos días, todas y todos los líderes nacionales deberían considerar que los habitantes del país ejercen un mayor control ciudadano al manejar instantáneamente la información que se va generando cada día. En ese contexto, los líderes tienen la obligación de difundir información de manera responsable y no permitirse contribuir a la proliferación y distribución de información falsa o sin verificar, como se ha visto en estos días.
Es una paradoja constatar que dadas las características de la economía chilena fue posible instalar en manos de todos los ciudadanos y ciudadanas un pequeño pero poderoso dispositivo tecnológico, como es el teléfono celular, con el que registran y transmiten hacia miles de otras personas lo que está sucediendo a cada instante y en tiempo real. Así, por ejemplo, hemos asistido a una enorme cantidad de información instantánea que proviene de medios oficiales, como las palabras del ministro Fontaine y que encendieron la mecha, hasta imágenes que muestran abusos, violencia desmedida, pasividad de las fuerzas que deberían garantizar el orden y tantas otras.
De los hechos registrados, los demás constatan los esfuerzos de los diferentes liderazgos en pos de encontrar reales soluciones que permitan terminar con los dolorosos hechos que han venido sucediendo en los últimos días. Ello porque las comunidades se percatan de lo que sucede, se transmiten entre ellas lo que ocurre y todos se van formando un juicio de valor respecto del accionar de quienes los dirigen en diferentes ámbitos del poder.
Pero incluso más: hoy es tanta la responsabilidad de entregar adecuadamente la información que se produce en situaciones de crisis como la que vivimos que medios no oficiales y oficiales revisan qué es cierto y qué se inventa, como por ejemplo lo realizado por un connotado diario nacional en el denominado fact checking (algo así como comprobación de los hechos).
Lo anterior, entonces, nos hace realizar un llamado a fin de que todas y todos los líderes de la sociedad civil chilena actúen responsablemente con sus acciones y palabras en relación con aquello que las grandes mayorías del país reclaman.