Editorial

Propuestas iniciales para un acuerdo nacional

No se ha terminado de escuchar, por lo que resulta preciso oír otras voces distintas, las que realmente puedan reflejar el motivo de las manifestaciones de la gente para generar una propuesta satisfactoria que represente a los otros actores de la sociedad.

Por: Editorial Diario Concepción 24 de Octubre 2019
Fotografía: Sebastián Brogca | Agencia UNO

En un momento esperado por la ciudadanía, se dirigió al país el Presidente de la República, con un mensaje que contenía el resultado de sus encuentros con la mayoría de los líderes de los partidos políticos. En la introducción, ha pedido perdón, en nombre propio y de otros gobiernos que no fueron capaces de visualizar los problemas de los chilenos, acumulados desde hace muchas décadas; a continuación, dio a conocer un conjunto de medidas que conforman lo que llamó una “agenda social”.

Es evidente que la calidad de las propuestas depende estrechamente de la capacidad de los convocados para construirla, de la validez que ellos tengan frente a la sociedad para ser auténticos y creíbles voceros de las necesidades y requerimientos de una ciudadanía que se ha volcado a las calles para expresarlos, en números inéditos, desde el regreso a la democracia.

En este sentido, sobran razones para pensar que, en esta fase de la elaboración de la agenda, se muestran serias falencias: basta recordar que la clase política chilena exhibe niveles mínimos de credibilidad para la gente. Según los resultados de la última encuesta CercMori, se observa una abrupta caída de la confianza en las instituciones, del mismo modo, la credibilidad de sus tradicionales representantes: los políticos alcanzan un 6%, senadores y diputados 7% y los partidos políticos, apenas el 5%.

Con esa base de opinión, el Jefe del Estado anuncia una propuesta que contiene asuntos que dependen directamente del poder ejecutivo y otros que requieren el acuerdo del poder legislativo, entre ellos el aumento de la Pensión Básica Solidaria y el Aporte Previsional Solidario, con aportes fiscales para complementar el ahorro previsional de un sector acotado de la clase media y las mujeres que trabajan y cotizan.

Hubo nuevas menciones a proyectos anteriores, como la sala cuna universal y una referencia a los adultos mayores, la creación de un ingreso mínimo garantizado de 350 mil pesos para quienes trabajen jornada completa, proyecto de ley para el seguro de enfermedades catastróficas y un seguro que cubra parte del gasto en fármacos no considerado en el GES. El anuncio también se refiere a la estabilización del precio de la energía eléctrica, un nuevo tramo de impuestos a las rentas superiores, reducción de la dieta y el número de los legisladores, entre otras medidas.

El empresariado, por su parte, sin propuestas concretas, parte por reconocer que no han estado atentos, como se aprecia en las palabras del Presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Alfonso Swett: “hemos escuchado un grito colectivo fuerte que, tal vez antes lo escuchábamos solamente como un murmullo”. En la misma línea, el Presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, declaró hace pocos días: “después de lo que hemos visto en estos días, creo que todos los actores debemos tener una mucho mayor humildad, una capacidad mayor de escuchar, de recibir distintas miradas”.

Efectivamente, no se ha terminado de escuchar, por lo que resulta preciso oír otras voces distintas, las que realmente puedan reflejar el motivo de las manifestaciones de la gente para generar una propuesta satisfactoria que represente a los otros actores de la sociedad, como la academia, los gremios, las Pymes y las múltiples organizaciones sociales.

Sin duda, un principio para avanzar requiere sinceridad y compromiso, acciones prontas y efectivas, a fin de restaurar una confianza dañada por 30 años de insuficiente atención a la intolerable desigualdad que afecta a miles de chilenos y chilenas.

Etiquetas