Editorial

El desafío de las macrozonas de la ciencia

Nada ha cambiado en la situación que deja a Chile como el que menos invierte en investigación. Aunque se duplique la inversión actual, seguimos en la última posición, el 0,38%, del PIB, siendo 2,5% el promedio en los países de la Ocde.

Por: Editorial Diario Concepción 10 de Octubre 2019
Fotografía: Archivo | Diario Concepción

Es muy posible que gran parte de la desconfianza y falta de credibilidad que muchos ciudadanos tienen con respecto al discurso de las autoridades sea la reiterada discrepancia entre la ampulosidad de las declaraciones y lo escuálido de los resultados, continuos partos de los montes, en el sentido exacto del satírico, pero realista, Juvenal; hacer enormes cambios, repletar los días de la política con polémicas la más de las veces más ideológicas que técnicas, para encontrar letras pequeña al final del documento. Como puede ser el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

Lo extenso del nombre de la nueva institución ministerial resulta exagerado para lo exiguo de su presupuesto, en otras palabras, sin el Ministerio de ciencia, pero con un presupuesto coherente con las declaraciones sobre la importancia de este ámbito para el desarrollo del país, habría tal vez bastado.

El aparato burocrático del Ministerio nuevo se encuentra en avanzado estado de organización, con un presupuesto que toma posiblemente una tajada de los recursos ya escuálidos que nuestro país destina al desarrollo de la ciencia. Nada ha cambiado en la situación que deja a Chile como el que menos invierte en la Ocde, tanto así que aunque se duplique la inversión actual, seguimos en la última posición. Finlandia puede ser un ejemplo extremo, destinando el 4% del PIB , mientras nosotros el 0,38%, pero el promedio de inversión en los países de la Ocde es de 2,5%.

Visto así, es a lo menos ingenuo pretender resultados mejores y, sin embargo, la productividad de los científicos chilenos es notable pensando en las restricciones y barreras para llevar adelante sus proyectos.

El recién terminado encuentro para la divulgación de la ciencia, “Ciencia Sin Ficción”, resultó sincrónico con la puesta en marcha de la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, cuyo propósito es, entre otras tareas, hacer funcionar las macrozonas, una de las cuales operará en Concepción, se espera a partir de finales de este año.

No se puede negar que la existencia de un Ministerio para las ciencias es un paso, por lo menos para señalar reconocimiento de un sector de la administración del país que no tenía casa propia, a pesar de su importancia, también es verdad que se puede producir una interacción con otros Ministerios para establecer las necesarias coordinaciones o sinergias, pero, del mismo modo, sin un presupuesto adecuado, la investigación, el conocimiento y la innovación seguirán siendo el pariente pobre de la inversión en Chile.

Al momento de anunciar Secretarías Regionales Ministeriales, distribuidas en cinco macrozonas: Norte, Centro, Centro Sur, Sur y Austral, el nuevo Secretario de Estado, Andrés Couve, parte por reconocer la existencia regional de investigación científica de excelencia, cuerpos académicos e innovadores tecnológicos y de sectores productivos, por lo cual espera una articulación y un impulso del desarrollo sostenible del país desde las singularidades y oportunidades de cada territorio.

Se encuentran así, sobre la mesa, los dos desafíos para el nuevo Ministerio, el primero es la descentralización de la ciencia, dar voz y voto a los actores regionales relevantes e inyectar los recursos necesarios para superar el estado de congénita pobreza de la investigación científica y la innovación, y dar al desarrollo el piso que le hace falta.

Etiquetas