La información provista por la cuarta versión de la Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Urbana del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, describe con claridad la importancia de estas áreas para la ciudadanía.
La toma de conciencia de la población sobre el valor de aquellos factores que resultan en una mejor calidad de vida, es un punto de inflexión para cambios de conducta positivos, no solo para cada persona individualmente sino para ir entrecruzando intereses de colectivos con impactos finales en toda la sociedad. Cuando se menciona el mundo que cambia por la tecnología se omite aludir el otro cambio, relacionado o no, de la percepción de una sociedad que está cada día más consciente de su inevitable conexión con el medio ambiente.
Como una manifestación concreta de esa nueva escala de valores, se presta particular atención a las áreas verdes, cuya presencia es cada vez más fundamental en desarrollos urbanos que tienden a ocupar los espacios con cemento, a grado tal que hasta los antejardines pueden ser pavimentados.
La información provista por la cuarta versión de la Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Urbana (ECVU) del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, describe con claridad la opinión ciudadana en lo relativo a este asunto. La medición fue aplicada a 8.297 personas de ciudades con más de 20 mil habitantes entre marzo y julio del presente año, uno de sus resultados muestra que quienes visitan los parques y plazas al menos una vez a la semana han ido en constante aumento.
La misma tecnología que ayuda a mejorar la calidad de vida, también actúa como un distractor del mundo real, personas incluidas, frente al entorno, la tendencia observada en este estudio señala el regresar al contacto con la naturaleza, que en las ciudades tiene como testimonio las áreas verdes. El papel de estas últimas no siempre es valorado en toda su magnitud, no se trata solo de un lugar de recreación y esparcimiento, sino que además cumplen una serie de funciones indispensables, como ayudar a regular la temperatura, producir oxígeno, absorber la contaminación y aislar a las viviendas del ruido que proviene de la calle.
Hay en la encuesta un hallazgo digno de mayor atención; el uso de las áreas verdes no es horizontal, los datos muestran que este tiene una relación inversamente proporcional con la situación socioeconómica de las personas, de este modo el 49% de las personas de nivel socioeconómico bajo y medio bajo no los usa nunca o casi nunca, mientras en los sectores socioeconómicos altos, esta cifra solo llega al 25%.
La asimetría en el uso de los parque y plazas, puede deberse a disponer de más o menos tiempo libre, del atractivo de esos lugares, de su infraestructura y paisajismo, como también grado de seguridad y proximidad, según la directora de investigación y desarrollo de Fundación Mi Parque, dice que “más que entender el acceso a áreas verdes por la cantidad de metros cuadrados por personas, hay que entenderlo por la cercanía a las casa”. Si bien es cierto que los parques urbanos más grandes son importantes, no siempre están cerca de las viviendas, por lo cual se hace necesario cuidar o construir la versión a menor a escala, o sea las plazas de los barrios.
Para la tendencia a la densificación urbana las plazas cercanas las áreas verdes pueden llegar a ser la prolongación de las viviendas, no son elementos decorativos, sino espacios indispensables que deben garantizar seguridad, que requieren de educación para su uso y mantenimiento, ya que las plazas siempre han sido un punto de encuentro y un factor facilitador de una necesaria amistad ciudadana.