Editorial

El estado de la educación sexual de los adolescentes

Sólo entre enero y septiembre de este año se han identificado 5.206 nuevos casos de Sida, lo que equivale a un 21% de incremento respecto del mismo período del 2017, cuando se contaron 4.304. La proyección es, hacia fin de año, de 6.500 a 7.000 contagios, un aumento superior al 100% en los últimos ocho años.

Por: Editorial Diario Concepción 07 de Diciembre 2018
Fotografía: Referencial

Las noticias sobre el ámbito de la sexualidad en adolescentes rara vez son tranquilizadoras, salvo el notable y deseable grado de mayor aceptación a la diversidad de género, la positiva disminución de prejuicios y la sana actitud de convivencia con realidades diversas, competencias que rara vez son atributos presentes en los colectivos de mayor edad.

Las reservas de esos últimos grupos tienen una explicación objetiva, ya que las consecuencias de la falta de buena educación sexual está causando estragos en apreciables números de la gente joven. La última Encuesta Nacional de la Juventud mostró nuevos datos sobre la vida sexual de los adolescentes en los cuales se observa un inicio más temprano: 16,4 años los hombres y 17,1 años las mujeres, así, este complejo comportamiento se establece en una población de menor madurez y responsabilidad relativa.

Las cifras aludidas no tendrían nada de preocupante, muy por el contrario, porque dan cuenta de una sociedad que marcha más de acuerdo con los procesos normales de maduración de nuestra especie, el problema es que hay una brecha amplia y de alto riesgo entre el inicio de la vida sexual y el conocimiento que sobre ella se tiene, que a diferencia de otros eventos de nuestra fisiología, han sido ocultos o distorsionados por años, en algunas culturas más que en otras.

Las preocupaciones pasan por diferentes categorías, desde el contagio de enfermedades de transmisión sexual, al embarazo adolescente, en un escenario donde tanto las prácticas como los códigos de comportamiento y sus implicancias están fuertemente influenciadas por las redes sociales, teniendo a Internet como fuente de información rara vez adecuada.

Independientemente de la ideología o estrato social de cada colegio, la preocupación que existe en torno a la sexualidad de los adolescentes es transversal. La falta de obligatoriedad en las unidades educativas ha traído consecuencias: el embarazo de 22.340 adolescentes en 2016, dentro de los que más de 650 fue en menores de 14 años. Además, según Un Programme on HIV/AIDS, entre 2010 y 2016, Chile fue el país con el mayor cambio porcentual en nuevas infecciones por VIH, aumentando en un 34%.

La nueva información no trae atenuantes, muy por el contrario, en nuestro país se describe un aumento de un 96% en nuevos casos de contagio de VIH/Sida entre 2010 y 2017, según ha confirmado el Instituto de Salud Pública (ISP). Además, sólo entre enero y septiembre de este año se han identificado 5.206 nuevos casos, lo que equivale a un 21% de incremento respecto del mismo período del 2017, cuando se contaron 4.304. Esto hace proyectar que a fin de año habría entre 6.500 y 7.000 contagios en total, que significaría un aumento superior al 100% en los últimos ocho años.

Junto con una reacción del Estado para hacer los cambios que corresponda en la política educacional sobre este tema, se señala a las escuelas como un punto neurálgico. Por otra parte, habrá que derribar las barreras que frecuentemente existen en el seno de las familias y establecer que es un asunto sobre el cuales sí debe hablarse. No es un fenómeno que se exprese en las otras familias, con mayores falencias, con irregularidades o deficiencias socioculturales y no en las nuestras, sino en todas, por perfectas que estas parezcan ser. A diferencia de lo que se ha venido haciendo, hay que enfrentarlo abierta y sinceramente, y desde la infancia temprana.

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