La percepción de baja seguridad ciudadana ha estado siempre sometida a discusión, ese indicador es no pocas veces interpretado como un convencimiento sin el debido respaldo. Por lo general, las cifras oficiales se ufanan mostrando cómo los números indican menos actos delictivos, que se trata de casos aislados que no representan un actuar en ascenso de la delincuencia.
Por otra parte, se alude a las cifras ocultas, los delitos que no llegan al conocimiento de las entidades policiales, sencillamente porque habiendo ocurrido, no son objeto de denuncia por considerarlas inconducentes, de esa manera, la ciudadanía asiste a la confrontación de cifras con resultados disímiles. En un resumen breve, de acuerdo a datos de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana en 2010, la victimización de hogares bajó de 33,6% que era el año anterior a 25,6%. Al año siguiente el índice reportó un alza, llegando a 28,8%. En los tres últimos años de Gobierno, el gobierno siguiente, 2014, 2015 y 2016, las cifras al inicio favorables fueron al alza, con 23,5%, 26,4%, y 27,3%, respectivamente.
El contraste se puede establecer al observar los resultados de encuestas directas a la ciudadanía, que muestran que las personas que perciben que la delincuencia del país aumentó progresivamente, 2012: 70,6%, 2013: 71,2%, 2014: 79,9%, 2015: 86,8%, como si eso fuera poco, el 27,2% de los chilenos siente siempre miedo a ser asaltado y un 25,9% siente miedo con frecuencia. Es decir, más del 50% de la población viviría atemorizada.
Sin embargo, para entender mejor el divorcio de las cifras, hay que considerar que hay diferencias atribuibles a la población y oportunidad del estudio, por ejemplo. Además, en la encuesta aludida, cuando se les preguntó a los encuestados cómo se habían formado esa opinión, un 69,7% dijo que a través de los medios de comunicaciones, tanto prensa escrita, radio y televisión, y solo un 30% dijo que formó su opinión sobre la experiencia personal. Lo cual demuestra una influencia externa que puede modificar la realidad de las circunstancias.
Es interesante observar los resultados de un intenso operativo realizado por Carabineros, que hace pocos días dejó casi cinco mil detenidos en el país. Desde el viernes y hasta el sábado en la madrugada de la semana recién pasada, se realizaron 116.821 controles preventivos, como resultado de esta acción, 4.891 fueron las personas detenidas, 3.115 de los detenidos por delitos flagrantes.
La Región Metropolitana concentró el 40% de las aprehensiones. Valparaíso lideró la lista con 496 detenidos, seguida por nuestra región con 437, cifras que fueron catalogadas como “históricas” por la subsecretaría de Prevención del Delito. Hay que destacar que en esos números se encuentran 1.776 individuos que contaban con orden de detención pendiente.
Es el tipo de actividad que debe sostenerse en el tiempo, la única manera de conciliar las cifras oficiales con la percepción de las personas, los números de delincuentes capturados, el armamento que se encuentra, la droga incautada, los vehículos recuperados, dan un testimonio de la magnitud de ese desafío, al mismo tiempo de la destacada participación de juntas de vecinos y autoridades municipales para focalizar los operativos en los sitios de mayor riesgo, una dinámica que empieza a restar el sentimiento de desprotección del ciudadano común.