Editorial

La impronta social del nuevo gobierno

Por: Editorial Diario Concepción 28 de Enero 2018
Fotografía: Agencia UNO

A poco andar de la elección de Sebastián Piñera como  nuevo Presidente de la República, los principales medios de la prensa chilena trataron de identificar los puntos focales de su administración, que en los días de la campaña posterior a la primera vuelta, habían mostrado una notable capacidad de percepción de los problemas considerados prioritarios y necesarios para la ciudadanía.

El asunto que sobresalía, además de la reiterada expresión de robustecer la economía, incentivar la inversión y recuperar el ritmo del crecimiento, era quizás el motivo y objeto de todo lo anterior: el desarrollo social, ya que el entonces candidato declaraba que había escuchado a las personas y comprometido un estilo de gobierno cercano a ellas, a sus necesidades, esperanzas y urgencias. En términos generales, el robustecimiento de la iniciativa que en su primera administración había dado lugar a la creación del Ministerio de Desarrollo social.

Efectivamente, en agosto de 2011 el presidente Sebastián Piñera firmó el proyecto de ley para transformar el Ministerio de Planificación en el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), el que fue promulgado en octubre de ese año. El nuevo ministerio reemplazó la antigua Subsecretaría de Planificación y Coordinación, por dos: de Evaluación Social que  tiene como función específica el diseño y puesta en marcha de las políticas sociales del Gobierno y de Servicios Sociales, que coordina gran parte de estas políticas.

Se ha designado como Ministro de esta cartera a Alfredo Moreno, quien en su papel de presidente de la CPC había planteado, en enero del año pasado, un fuerte desafío al mundo empresarial para que, en sus propias palabras, los empresarios sintonizaran, de una vez por todas, con los intereses de la sociedad, tomando en cuenta la situación económica que vive el país y los desafíos que deberán enfrentar ante el panorama actual de descrédito, por los casos de colusión, ante la ciudadanía.

En sus primeras declaraciones ha sido enfático “creo que de una vez por todas tenemos que sacarnos los estereotipos y pensar que en Chile somos 17 millones, que…tenemos que trabajar por el país y principalmente por aquellos que tienen menos”. Acotando que su objetivo en el MDS será cristalizar el plan delineado por Sebastián Piñera para avanzar en erradicar la pobreza, tomar conciencia que “hay entre 2 y 4 millones de pobres aún, hay gente que tiene discapacidad, hay gente de la tercera edad, hay menores que requieren apoyo que no reciben de sus familias”.

La labor de este ministerio es particularmente relevante, como un eje articulador de medidas del denominado eje social del futuro gobierno, para lo cual el nuevo ministro estima que son necesarios más recursos y más capacidades para realizar su labor, no solamente un crecimiento económico, sino además con énfasis en aquellos que tienen menos, a este respecto Piñera argumentó “nosotros queremos hacer una profunda modernización de las políticas sociales para que estén realmente al servicio de la gente y no atrapadas o capturadas en la burocracia o en objetivos laterales”

Esta dinámica requiere una visión realista, pero al mismo tiempo, efectiva, para que la ciudadanía perciba que se cumple la promesa de solidaridad expresada en el programa presidencial, un asunto que parece  ser fundamental en la gobernabilidad de los años por venir y en la proyección política del mismo gobierno.

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