Editorial

La capacidad de respuesta frente a incendios forestales

Por: Editorial Diario Concepción 20 de Diciembre 2017
Fotografía: Archivo

La lección del verano pasado fue demasiado dura, se puso a prueba, con resultados decepcionantes,  la capacidad de respuesta frente al fuego, el corolario fue dramático; casi 400 mil hectáreas arrasadas, unas 3.500 personas sin casa y 11 fallecidos, los medios, que habían llegado a considerar los incendios forestales como otra de las negativas rutinas estivales concluyeron que esta vez se trataba de  la peor temporada de incendios de la historia.

La polémica relativa a los medios más eficientes para enfrentar emergencias de parecida naturaleza no han cesado desde entonces, lo que sí está claro es que hay dos componentes indispensables y de igual modo complejos, el primero se refiere a la conducta irresponsables o delictiva de las personas, el siempre presente y perjudicial factor humano en la génesis de los incendios y, por otra parte, la necesidad de actuar con mucha fuerza en las medidas preventivas.

En ese sentido es encomiable que en una alianza estratégica las empresas forestales y el gobierno hayan optado por fortalecer la prevención,  destinando recursos a siete regiones del país. Ninguno de los actores del rubro maderero, ni la Conaf ni las forestales quiere repetir ese escenario, de esa manera, Arauco, que el verano pasado destinó US$ 25 millones a prevención y combate del fuego, consignará US$ 35 millones este año.

Por su lado, CMPC, el otro gran actor en el rubro maderero del país área, elevó los US$ 17 millones de la temporada anterior a US$ 28 millones en la actual.  Las dos empresas sumaron importante material aéreo: cada una de ellas cuenta ahora con un helicóptero pesado con capacidad para 10.000 litros de agua sumando a este recurso maquinaria de trabajo terrestre.

Como ya se ha aprendido, no basta con los recursos materiales, la tarea de mayor impacto es la capacitación de personas y la aplicación del nuevo conocimiento surgido de la dura tarea de controlar estos siniestros. Así, el plan contempla elementos nuevos, como el combate nocturno terrestre en interfaz urbano-forestal; el adelantamiento del inicio de temporada y de los procesos de reclutamiento; la creación de Unidades de Análisis y Diagnóstico, compuesta por profesionales del área forestal y social.

El director regional de la Conaf, aludió a un hecho reciente para explicar la necesidad de la acción pronta, en tres horas un incendio en Charrúa llegó a quemar 360 hectáreas, con una velocidad preocupante, Patricio Eyzaguirre, gerente de asuntos públicos de Arauco, acota “veinte minutos. Ese es el tiempo que tiene una brigada forestal para llegar a un incendio recién detectado… si se espera más  el fuego se escapa”, lo que hace evidente contar con un sistema de detección y reacción que responda en forma casi instantánea al primer indicio de un incendio forestal.

La altas temperaturas y el viento son igualmente factores de aceleración, dos variables frecuentes en nuestra región, aun así es dable observar que en eventos pasado, se perdió un tiempo valioso en acudir a los sitos amagados, con  los negativos resultados esperables.

Es indispensable entonces formalizar un sistema de detección y reacción que responda en forma casi instantánea al primer indicio de un incendio forestal.

No solo la autoridad, sino además la ciudadanía, tenemos que hacernos cargo de actuar oportuna y eficientemente, cada quien en la medida de sus alcances.

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