Editorial

San Lunes, lo más chileno del santoral

Por: Diario Concepción 03 de Julio 2016

En el mes de los santos no se encuentra uno de mucha raigambre en la idiosincrasia nacional; San Lunes, el día casi fatal de la semana que está, cruelmente al otro lado del cerco del domingo, con tanta capacidad destructiva que, en pleno transcurso dominical, se infiltra, para arrojar sombras sobre el resto de la jornada, una suerte de malvenida embajada del primero de los días laborales.

Lo de santo es un denominador muy descriptivo, ante la frecuente ausencia de los trabajadores ese día en particular, que opera como si fuera feriado, por algún excesivo festejo el fin de semana inmediatamente precedente.

No ha de ser por eso que tiene ese nombre, antiguo y relacionado con la luna, en latín clásico la forma era dies lunae, que evolucionó en latín vulgar a dies lunis, por analogía con dies martis, dies jovis, es decir, el día de la Luna, el de Marte, el de Júpiter. Normalmente, se abreviaba en lunis, de ahí la forma actual.

Si nos ponemos a pensar mal, podría ser una relación con ese bello satélite de la Tierra, cuyo comportamiento es variable, que cambia de tamaño y forma según los días del mes, tanto que se denomina lunáticos a aquellos que manifiestan conductas erráticas y veleidosas. Al partir la semana no sabemos cómo se comportará el lunes, lo cual es parte de su dudoso encanto.

Como la luna, que tiene influencia sobre las mareas, con el resultado de los trabajos agrícolas, sobre asuntos misteriosos de buena o mala fortuna, así el lunes puede venir cargado de promisorias ofertas o adelantos de días tormentosos, el próximo llega mañana, ojalá esté de buena. 

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