Denuncias más realizadas corresponden al no pago de imposiciones. Temor a quedar sin trabajo inhibe acusar a los empleadores. Proyecto 40 horas considera beneficios.
Para fiscalizar el cumplimiento normativo que protege a las trabajadoras de casa particular solo existen dos vías, la denuncia y programas de fiscalización no exclusivos, es decir, donde la fiscalización abarca un amplio espectro de rubros.
En cuanto a las denuncias más realizadas en Concepción según un sindicato que agrupa a 60 trabajadoras de la zona, corresponden principalmente al no pago de las imposiciones.
Sandra Quintana, seremi del Trabajo y Prevención Social en Biobío explicó que “hay dos tipos de fiscalización, uno es según las denuncias de las afectadas y otro, de oficio que tienen que ver con programas nacionales o regionales. En el caso de la denuncia, se toman los datos de la empleadora de la persona que hizo la denuncia y se recurre al lugar de trabajo de la persona. En caso que el empleador no permita el ingreso, se le cita a la Inspección del Trabajo donde se le piden una serie de documentos relacionados con la denuncia como por ejemplo, el contrato, la cancelación de horas extraordinarias o el pago de imposiciones, entre otras cosas y se da un plazo para cumplir, tras lo cual se vuelve a fiscalizar”.
Cuando es a través de un programa de fiscalización, “se toma en cuenta la base de datos de la Dirección del Trabajo (DT) en relación a los contratos subidos por el empleador y aleatoriamente se efectúa la fiscalización del cumplimiento del contrato de trabajo”, señaló la representante de la cartera del Trabajo en Biobío.
Una tercería vía mediante la cual es posible realizar fiscalizaciones, es a través de las reuniones periódicas que realizan la seremi y la Inspección Regional con el sindicato de trabajadoras de casa particular.
Marta Zenteno, presidenta del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular en Concepción, señaló que “hoy contamos con 60 socias inscritas en el libro del sindicato y los principales avances en el rubro tienen que ver con la disminución de las horas de trabajo que antes eran de 12 horas aproximadamente y ahora son 45 horas de lunes a viernes y el sueldo también se ha mejorado”.
En cuanto a las brechas que aún requieren de mayor atención, la dirigenta, dijo que “faltan abordar materias como un mayor conocimiento respecto de las normativas que protegen a las trabajadoras de casa particular y, en esto, es clave implementar una mejor difusión de las mismas, porque hay mucha gente que desconoce sus derechos y la labor de los sindicatos”, reclamó.
Además, la vocera de las trabajadoras de casa particular indicó que entre las brechas a cerrar en el rubro, hay que mejorar la fiscalización por parte de los organismo encargados, ya que existe temor a ser despedidas en la mayoría de las trabajadoras cuando se les sugiere realizar las denuncias correspondientes. “Muchas se quedan calladas por temor a perder su trabajo y por lo tanto no concretan sus denuncias. No sirve de nada que existan leyes si estas no se aplican”, enfatizó.
Respecto de lo que más denuncian las socias del sindicato, Zenteno apuntó a que “las denuncias más nombradas por nuestras asociadas son que no les pagan sus imposiciones y en menor medida que no se respetan los horarios y tampoco el pago de horas extras”.
En relación a labor que realiza el sindicato en conjunto con las autoridades regionales del ramo, la presidenta del gremio expresó que “hemos ido a reuniones en la Inspección del Trabajo junto con la seremi del Trabajo donde hemos conversado sobre como mejorar nuestra situación actual y hemos podido ir avanzando con las capacitaciones, particularmente sobre los derechos de las trabajadoras”.
Y reiteró que le gustaría que existiese una mayor fiscalización por parte de la inspección del trabajo “para disminuir los casos de empleadores que no respetan los derechos de sus trabajadoras”.
La seremi del Trabajo y Previsión Social de Biobío hizo hincapié en los relevante de continuar con las capacitaciones. “Otro punto importante en el trabajo con sindicatos es la capacitación, porque por ejemplo en el caso de la suma de más personas al núcleo familiar que requiera de cuidados adicionales (un padre, madre de la tercera edad) , es necesario efectuar un cambio del contrato, ya que esto modifica la situación original del pacto original anterior donde a lo mejor deben acordar nuevas remuneraciones o tiempos laborales, por eso son relevantes la realización de las capacitaciones”.
Una arista adicional tiene que ver con el Instituto de Seguridad Laboral, ISL, ya que “también realiza capacitaciones orientadas al respeto e implementación de medidas de seguridad que deben prestarse en el espacio donde se desempeña, en este caso, la trabajadora de casa particular”.
Requerida acerca de la cantidad de trabajadoras de casa particular existentes en la Región, Sandra Quintana respondió que “se están actualizando los datos regionales respecto de la cantidad de trabajadoras de casa particular en Biobío y se están viendo acciones para completar el catastro total de la zona”.
Según explicó la Secretaria Regional Ministerial del Trabajo, hay que diferenciar entre la trabajadora puertas afuera y la de puertas adentro. “En las trabajadoras puertas afuera, la jornada no podrá exceder de 40 horas a la semana con el fin de garantizar que la reducción de esta jornada sea efectiva. En el régimen de las horas extraordinarias, por ejemplo, en caso que la empleadora deba acudir a una reunión de apoderados o una situación similar, solo será efectiva para trabajadoras de casa particular que tengan una jornada parcial, es decir, de 30 o menos horas y podrá tener como horas extraordinarias a pagar 12 horas”.
Para las trabajadoras puertas adentro, “se propone que se agreguen dos días mensuales de descanso adicional de libre disposición de la trabajadora, es decir, además de su jornada, tendrá a disposición dos días extra que podrá determinar si es un lunes u otro día de su conveniencia, independiente del día domingo, que es obligación tenerlo libre. Estos dos días mensuales son acumulables por un máximo de tres meses, que en suma, son 6 días de descanso extra efectivos”.
Rosa González, quien solicitó no publicar su nombre verdadero por temor a represalias de su empleador contó que lleva más de 40 años trabajando, primero puertas adentro y luego puertas afuera, sin embargo, en estas cuatro décadas, nunca le han sido pagadas sus imposiciones.
“Llevo mucho tiempo con mis patrones, crié a sus hijos que ahora ya son grandes, en un principio estuve trabajando puertas adentro porque los dos trabajaban y no tenían con quien dejar a los niños y ahora que son grandes, voy puertas afuera, pero nunca en estos más de 40 años me han cancelado lo que son las imposiciones”, contó la trabajadora de casa particular.
A la vez, Gonzaléz dijo que “cuando era joven no me importaba mucho lo de las imposiciones, pero ahora que soy adulta, tuve hijos y familia, cuando ya la salud no es la misma tampoco me doy cuenta lo importante que eran”, concluyó.
