Se trata de una heroína anónima de muchas que trabajaron sin cesar en las primeras líneas tras la llegada del Covid. Encarna el empuje y empoderamiento de muchas mujeres en papeles muy relevantes y en distintos frentes en la Región del Biobío.
Para nadie es un secreto el relevante rol que ha jugado la seguridad desde que se inició la pandemia y ser mujer a cargo de esto en un centro de salud, podría decirse que duplica los méritos.
Sara Muñoz con 56 primaveras, separada y madre de cuadro hijos demuestra no temerle a los desafíos al sumar, a los quehaceres del hogar, el ejercer como guardia de seguridad en el Cecosf Leocán Portus, ubicado en Peñuelas 3, comuna de Hualpén.
Comenzó su actividad hace aproximadamente cuatro lustros, lo que implicó desempeñar sus labores desde que inició la pandemia asumiendo todos los riesgos propios, como contagios y sin dejar de prestar sus servicios.
Ser mujer en un trabajo tradicionalmente realizado por varones ya es un reto importante pero, además, atreverse a ingresar tardíamente al mundo laboral y atravesar obstáculos que adicionalmente impuso la pandemia, hace que la experiencia de Sara pueda considerarse entre muchas otras historias de verdaderas heroínas de la pandemia.
Por el solo hecho de trasladarse en locomoción colectiva y en particular, tener que abordar dos micros para llegar desde Coronel a su trabajo en el Cecosf, significó un riesgo alto de contagio.
“Comencé a trabajar recién pasados los 50 años motivada por mejorar mi calidad de vida y la de mi familia donde mi principal desafío desde que me cambié de casa a Coronel ha sido el riesgo de tener Covid, ya que gracias a Dios no me he contagiado pese a que diariamente debo tomar dos locomociones desde mi casa al trabajo”, resalta Muñoz.
Desde la pandemia a la fecha, la flamante guardia del centro de salud ha realizado distintos tipos de turnos, entre los que figuran diurnos y nocturnos que van desde las 8:00 am hasta las 20:00 horas y desde las 20:00 horas hasta las 8:00 am, respectivamente.
“Cuando me tocó el turno de día, mi labor consistía principalmente en la atención del público que llegaba hasta el Cecosf, lo que, en los primeros meses de pandemia, fue arduo por la cantidad de personas que llegaba. Ahí, les tomaba la temperatura y coordinaba que se pusieran desinfectante antes de ingresar”, detalla la trabajadora.
En relación a los turnos de noche, la guardia señala que su trabajo es básicamente realizar rondas al interior del recinto de forma de vigilar que todo se mantenga seguro y en orden, entre otras cosas.
De hecho, la entrevista fue precisamente realizada tras salir del turno nocturno minutos después de las 8 de la mañana donde manifestó tímidamente su preocupación por no aparecer “con muchas ojeras” en las fotos, expresó.
Requerida acerca de las principales dificultades a enfrentar destacó dos aspectos relacionados. Por un lado, reiteró que su preocupación es continuar invicta respecto de los contagios y segundo, lo difícil que es lograrlo, al considerar el tiempo que pasa arriba de la locomoción que, más encima, se ve agravado por los tacos en San Pedro de la Paz.
Entre lo positivo, Muñoz indica que ha sido felicitada por desempeñar bien su trabajo como guardia de seguridad en la empresa MIG Seguridad, atender bien al público y ser cordial con sus compañeros de trabajo. “El trato de mis colegas ha sido excelente, porque hay mucha empatía tanto por parte de los varones como de las mujeres”, afirma.
Consultada acerca de qué mensajes le enviaría a otras mujeres que quieren ser guardias pero que aún no se deciden, responde que “les diría a las mujeres que quieran ser guardias que se atrevan, amo mi trabajo y me gusta, tiene sus complicaciones según la instalación, pero me gusta”, concluye Muñoz.