Básicamente radica en la estabilidad macroeconómica evitando su instrumentalización política y con ello mayor inflación y pobreza.
Según analistas regionales consultados, la importancia de mantener la autonomía del Banco Central (BC) radica principalmente en que sería fundamental para garantizar la estabilidad macroeconómica de un país.
Lo anterior, además de razones de índole históricas en el marco de una iniciativa popular que reunió más de 15 mil firmas en menos de 48 horas para darle al instituto emisor la definición de organismo autónomo y técnico en la Convención Constitucional.
Andrés Acuña Duarte, académico del Departamento de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío-Bío plantea que “la autonomía y capacidad técnica del Banco Central son elementos fundamentales para garantizar la estabilidad macroeconómica de un país”.
adicionalmente, Acuña aporta antecedentes históricos como el hecho que “la inclusión de su autonomía en nuestra constitución vigente y consagrada en la ley orgánica de 1989 permitieron la implementación del esquema de metas de inflación (o inflation targeting en inglés), orientado a reducir el alto ritmo de crecimiento de los precios experimentado en la década de los ochentas”.
Yendo incluso más atrás, el académico de la UBB, recuerda que “esta autonomía constitucional de la política monetaria, e independiente del poder político, tiene su origen en la separación de poderes a la Mostesquieu y remarcada de manera pionera por el economista Fernandino Galiani en el siglo XVIII”.
Andrés Ulloa, académico de la Facea de la Ucsc, sostiene que la autonomía del BC es para sacarlo del ciclo político y evitar que se lo use como instrumento del gobierno de turno para financiar el gasto, “lo que muchas veces no es planificado de manera sostenible”. Y agrega que de no contar con la autonomía, en estos casos se produciría una emisión inorgánica de dinero causando inflación, pobreza y falta de crecimiento.
Acerca de darle categoría constitucional, Ulloa señala que es un poco más complejo por cuanto no necesariamente debería ser una materia constitucional, sino que más bien materia de ley y al garantizarlo en la constitución solo con mayoría simple no es relevante dado que podría modificarlo el Gobierno de turno donde al final del día es un tema legal.
Diego Lapostol Piderit, académico de Política Económica de Derecho de la Universidad San Sebastián, en línea con lo planteado por Andrés Ulloa, señala que un Banco Central autónomo “está lejos de las manos de los políticos que deseen financiar sus programas de gobierno recurriendo a la impresión de billetes y generando en consecuencia un desajuste en la valoración del dinero, ya que se necesitará una mayor cantidad para comprar bienes lo cual genera un proceso inflacionario no deseado”.